lunes, 13 de octubre de 2025

GOOD BOY

Dirección Ben Leonberg
Guion Ben Leonberg, Alex Cannon 
Reparto: Indy (el perro),Shane Jensen, Arielle Friedman, Larry Fessenden, Stuart Rudin,Anya Krawcheck,Hunter Goetz
Producción Ben Leonberg, Kari
 Fischer 
Música Sam Boase-Miller 
Fotografía Wade Grebnoel 
Montaje Curtis Roberts 
Compañía productora What’s Wrong With Your Dog? 
Distribuidora: Filmin
Año: 2025.
Titulo Original: Good Boy
Estreno En España: 10/10/25 en el Festival de Sitges y 17/10/25 en salas comerciales 
Género: Terror,  Fantástico 
Duración: 72 Minutos 

ARGUMENTO 
Esta innovadora propuesta de terror sobrenatural, de 72 minutos de duración, está coescrita por Leonberg y Alex Cannon, y narra la historia de un perro leal que se muda a una casa rural con su dueño Todd, donde debe enfrentarse a fuerzas sobrenaturales que solo él puede percibir. 

CRÍTICA 
Venía precedida de unas críticas maravillosas que la presentaban como “la película de terror del año”, una de esas pequeñas joyas independientes llamadas a renovar el género. Good Boy, debut de Ben Leonberg, llegaba al Festival de Sitges 2025 con un aura de fenómeno y con el morbo añadido de estar contada íntegramente desde la perspectiva de un perro. El exigente público del certamen catalán ha sido el primero en disfrutarla… o más bien en ponerla a prueba. Porque lo cierto es que, tras su visionado, la 
sensación general es la de una propuesta interesante, diferente, pero también irregular y algo frustrante

La premisa es tan original como arriesgada: un perro leal se muda con su dueño a una casa rural donde pronto empieza a percibir la presencia de fuerzas sobrenaturales que solo él puede ver. Desde esa mirada canina, Good Boy reflexiona sobre la soledad —esa que se acepta y hasta se desea— y sobre la necesidad de proteger aquello que se ama, incluso cuando el peligro resulta incomprensible. El punto de vista animal convierte cada movimiento, cada sonido y cada sombra en una amenaza, algo que la cámara de Leonberg explota con notable ingenio, aunque con resultados desiguales.

El mayor mérito de la película reside en su paciencia. Rodada durante más de tres años y más de 400 jornadas de filmación, el equipo tuvo que adaptarse al temperamento del verdadero protagonista: Indy, el perro que da vida al “buen chico” del título. Ben Leonberg, que además de dirigir coescribe y produce, ha contado que muchas escenas se construyeron a partir de reacciones espontáneas del animal, lo que explica la naturalidad que desprende la película… y también su ritmo pausado. En algunos momentos el experimento resulta hipnótico; en otros, sencillamente tedioso.

Con sus escasos 72 minutos, Good Boy parece paradójicamente más larga de lo que es. Lo que podría haber funcionado como un potente mediometraje acaba estirándose sin necesidad, reiterando situaciones y alargando silencios que pierden efecto. Aun así, hay que reconocerle a Leonberg su valentía al huir del efectismo habitual del terror contemporáneo y apostar por una atmósfera inquietante más que por el susto fácil.

En el apartado técnico destaca la fotografía de Wade Grebnoel, que convierte el bosque y la casa en un escenario entre lo doméstico y lo amenazante. La música de Sam Boase-Miller, discreta y precisa, ayuda a mantener ese tono de fábula oscura que tanto recuerda a cierto cine artesanal de los años setenta. Entre los actores humanos, la presencia de Larry Fessenden es un guiño para los amantes del género, aunque aquí cede el protagonismo absoluto al animal

Good Boy es, en definitiva, un ejercicio curioso y meritorio, un experimento sensorial que más se admira que se disfruta. No molesta, ni mucho menos, pero uno sale con la sensación de que había material para algo más grande. Un filme sobre la fidelidad, la soledad y la necesidad de creer en lo invisible, que demuestra que a veces el mejor actor puede tener cuatro patas… aunque su historia, por desgracia, no llegue tan lejos como prometía

NOTA 6/10







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