martes, 7 de octubre de 2025

LA TREGUA

Director: Miguel Ángel Vivas 
Guion: Fran Carballal, Ignasi Rubio, Miguel Ángel Vivas.
Reparto: Miguel Herrán, Arón Piper, Javier Pereira, Fernando Valdivielso, Alejandro Jato, Federico Pérez Rey, José Pastor, Manel Llunell, Sergey Ufimtsev, Dina Tasbulatova, Diego Montejo, Sara Robisco, Altynay Nogerbek, Farabi Akkozov, Daniel Horvath, Algis Arlauskas
Fotografía: Rafa García 
Montaje: Ángel Armada 
Música: Víctor Reyes 
Sonido: James Muñoz
Distribuidora: Tripictures
Año; 2025.
Título Original: La Tregua
Estreno En España: 10/10/17.
Genero: Drama,  Thriller 
Duración: 148 Minutos 

ARGUMENTO 
El film, basado en hechos reales, nos habla de Reyes y Salgado, dos militares que durante la guerra civil española lucharon en bandos contrarios pero que deberán compartir el sufrimiento y la esperanza en un gulag soviético durante la Segunda Guerra Mundial. Una convivencia que les obligará a unir fuerzas frente al frío, el hambre y el horror que habita entre las alambradas. Deberán desnudarse de sus ideologías para descubrir la persona que se oculta debajo de cada uniforme.

CRÍTICA 
Hay historias que merecen ser contadas, y La tregua, dirigida por Miguel Ángel Vivas, parte precisamente de una de ellas: la de aquellos españoles que, tras la Guerra Civil, fueron deportados o acabaron presos en campos soviéticos. Un capítulo poco conocido de nuestra historia reciente, lleno de dramatismo y contradicciones, que en manos de Vivas podría haber dado lugar a un gran relato sobre la reconciliación, el sufrimiento y la condición humana. Sin embargo, el resultado, pese a su ambición, no termina de alcanzar la fuerza emocional que prometía

El film arranca con fuerza, mostrando el encuentro de dos militares —antiguos enemigos de la Guerra Civil— obligados a convivir en un gulag de Kazajistán durante la Segunda Guerra Mundial. A través de su relación, el director busca explorar la posibilidad de entendimiento entre “las dos Españas”, y ese es sin duda el mayor acierto del guion: la idea de que el horror, el frío y el hambre igualan a todos. Pero lo que debería ser un drama intenso, áspero y humano, acaba diluyéndose en un metraje que se estira más de la cuenta. Sus 150 minutos se hacen eternos y el ritmo, irregular, juega en contra de una historia que pedía mayor contención

Donde La tregua sí brilla es en el apartado técnico. La fotografía de Rafa García, con tonos fríos y desaturados, consigue transmitir el aislamiento y la desesperanza del entorno. Cada plano parece una pintura congelada por el hielo, un retrato de la soledad que mantiene viva la mirada del espectador incluso cuando la narración pierde fuelle. La música de Víctor Reyes, discreta y envolvente, contribuye a reforzar esa sensación de vacío y desolación que impregna todo el metraje.

El reparto, encabezado por Miguel Herrán y Arón Piper, cumple con solvencia, especialmente en las escenas de mayor tensión emocional. Sin embargo, ni siquiera la buena química entre ambos actores logra salvar una narrativa que, por momentos, se vuelve demasiado plana y reiterativa. Falta riesgo, falta emoción. Se echa de menos esa intensidad que el propio Vivas ha demostrado dominar en títulos anteriores como Tu hijo o Secuestrados.

En cuanto a su rodaje, hay que destacar que buena parte del decorado del gulag fue construido en la localidad vizcaína de Dima, donde se recreó la estepa soviética con un realismo sorprendente. Las duras condiciones climáticas del rodaje —frío extremo, barro, largas jornadas de trabajo— ayudaron a que el reparto sintiera, en carne propia, parte del sufrimiento que retrata la película. Una anécdota curiosa: los extras kazajos que participaron en las escenas del campo se ofrecieron voluntariamente tras conocer la historia real de los españoles, muchos de los cuales acabaron integrados en comunidades de Asia Central tras su liberación.

La tregua es, en definitiva, un filme que quiere ser épico y humano a la vez, pero se queda en tierra de nadie. Una obra que deslumbra en lo visual, conmueve en momentos aislados, pero que nunca consigue conectar del todo con el espectador. Una tregua que, más que un descanso, se convierte en una larga espera.

Técnicamente impecable, históricamente interesante, pero narrativamente cansina. Una historia que merecía una película más viva y menos helada.

NOTA 4,5/10





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