viernes, 17 de octubre de 2025

CRUSHED

Dirección: Simon Rumley 
Guion: Simon Rumley 
Reparto: Steve Oram,Margaux Dietrich, Sahajak Boonthanakit,May Nattaporn Rawddon Christian Ferriera,Jian Lee,Jonathan Samson, Nadech ChatwinJennie Pines, Ting Sue, Thaweesak Alexander Thananan, Chris Wegoda 
Fotografía: Wade Muller 
Montaje: Tony McGrath 
Distribuidora: Sin distribución 
Año: 2025
Título Original: Crushed 
Estreno En  España: 13/10/25 en el Festival de Sitges 
Género: Thriller,  Drama 
Duración; 99 Minutos 

ARGUMENTO 
“Olivia, una niña de diez años que quiere descubrir al autor de unos brutales vídeos que circulan por su escuela, desaparece repentinamente. Ante esta situación de peligro extremo, la desesperación de su madre no tarda en aparecer, mientras que su padre, predicador de una iglesia cristiana, acepta la situación como una prueba enviada por Dios. Un relato sobre la fe y la resiliencia de una familia convertido en un intenso viaje de descubrimiento y justicia.

CRÍTICA 
Hay películas que no necesitan grandes artificios ni efectismos visuales para golpearte en el alma, y Crushed, lo nuevo de Simon Rumley, es una de ellas. Un filme agobiante, duro —muy duro—, que te deja con un nudo en la garganta en buena parte de la película y no te suelta hasta el fundido final. Rumley vuelve a demostrar su habilidad para incomodar, para cuestionar, para mirar de frente el lado más oscuro del ser humano.

La historia nos sitúa en los suburbios de Bangkok, donde un vídeo de crueldad animal se viraliza entre los alumnos de un colegio. A partir de ahí, la vida de una familia aparentemente feliz se desmorona cuando la pequeña Olivia, de tan solo diez años, desaparece misteriosamente. Su padre, un pastor religioso, y su madre, completamente destrozada, inician una búsqueda desesperada que los llevará a un viaje físico y espiritual hacia el límite de la fe, la esperanza y la moral

En su paso por el Festival de Sitges 2025, Crushed dejó una grata impresión entre los espectadores que tuvieron la oportunidad de verla, a pesar de que su programación pasó algo desapercibida por coincidir con grandes títulos en horarios más visibles. Quienes la descubrieron, sin embargo, salieron conmocionados. No es una película fácil, pero sí profundamente humana.

Rumley utiliza este punto de partida —un secuestro infantil en un contexto de fe y culpa— para plantear un dilema moral demoledor: ¿hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar por salvar a un ser querido? No hay respuestas fáciles, y Crushed tampoco las ofrece… o al menos no debería. Quizá el único problema de la película sea precisamente que plantea demasiadas preguntas y, en su afán por cerrar el discurso, acaba respondiendo muchas de ellas. Hubiera sido más acertado dejar que el espectador encontrara por sí mismo esas respuestas, que el eco de la historia continuara resonando más allá de la pantalla.

Visualmente, el director aprovecha la atmósfera sofocante de Bangkok para convertir el entorno en un personaje más. El calor, la humedad, el ruido… todo contribuye a una sensación de asfixia que traspasa la pantalla. La fotografía de Wade Muller, con su paleta de tonos apagados y luces cálidas casi enfermizas, refuerza esa opresión constante.

Las interpretaciones, sin ser brillantes, resultan totalmente efectivas. Steve Oram aporta una contención que contrasta con la desesperación de Margaux Dietrich, logrando momentos de una intensidad emocional brutal. Rumley no necesita subrayar nada: deja que la cámara observe, que el silencio hable, que la angustia respire.
Una curiosidad del rodaje: buena parte de las escenas se filmaron en auténticos barrios marginales de Bangkok, sin sets controlados, lo que provocó más de una situación tensa con los vecinos locales y obligó al equipo a improvisar sobre la marcha. Rumley declaró en una entrevista que esa “incomodidad real” ayudó a los actores a conectar con la tensión que pedía la historia.

Crushed es un viaje al corazón del dolor, un espejo oscuro donde se reflejan la fe, la desesperación y la culpa. Un thriller psicológico que no busca el aplauso fácil ni el entretenimiento, sino removerte por dentro. Y lo consigue con creces.
Una obra seca, visceral y profundamente incómoda. Rumley firma su película más emocionalmente devastadora hasta la fecha, aunque habría ganado aún más fuerza si hubiera dejado algunas respuestas flotando en la mente del espectador.

NOTA 7,5/10







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