Director: Steven Leckart
Guion: Steven Leckart
Reparto: Documental, Eminem
Fotografía : Graham Willoughby
Productores: Eminem (Shady Films), Paul Rosenberg, Stuart Parr, Antoine Fuqua, Tony DiSanto, David Schiff, con productores ejecutivos de MTV Entertainment Studios: Bruce Gillmer, Amanda Culkowski, Michael Maniaci
Distribuidora: Versión Digital:
Año: 2025
Título Original: Stans
Estreno En España: 07/08/25
Género: Documental, Músical
Duración: 102 Minutos
ARGUMENTO
Lanzada en el año 2000, la canción «Stan» de Eminem, que trata sobre un fan obsesivo e inestable, sigue siendo icónica. Tan icónica que el término «stan» se añadió oficialmente al Oxford English Dictionary en 2017. En la canción, el personaje principal escribe a mano una serie de emotivas cartas a Eminem, repitiendo la frase: «Soy igual que tú». Ese estribillo sirve de guía para este largometraje poco convencional y totalmente autorizado, que sigue a un elenco muy seleccionado de fans reales cuyas profundas conexiones personales con Eminem reflejan algunos de los temas que se encuentran en sus letras. Más que una simple exploración del fandom, la película examina la complicada relación entre uno de los artistas más reservados del mundo y su enorme personalidad pública. A través de recreaciones estilizadas, imágenes de archivo poco comunes, entrevistas íntimas y una entrevista original exclusiva con el propio Eminem, ofrece un viaje crudo y revelador a través de su carrera y del apasionado público que ha crecido con él.
CRÍTICA
Stans es undocumental revelador que recorre la carrera de Eminem a través de las voces de quienes lo han acompañado desde el principio: sus fans.
Rodado con acceso exclusivo, imágenes inéditas y testimonios personales desde todo el mundo, Stans va más allá del repaso biográfico. Es una experiencia emocional que muestra cómo la música de Eminem se convirtió en refugio, grito y salvación para millones de personas a lo largo de más de dos décadas.
A partir de la canción que redefinió el concepto de fan –“Stan”–, el documental reconstruye los momentos clave de la carrera del rapero: desde sus primeros éxitos hasta su álbum más reciente, The Death of Slim Shady.
Con una narrativa potente y honesta, STANS revela al ser humano detrás del icono. Una historia de conexión profunda entre artista y público, contada desde el otro lado del escenario
No es fácil enfrentarse a una figura como la de Eminem desde el prisma documental. Hablamos de un icono, de una leyenda viva del hip hop, de un artista que ha redefinido los límites del género y cuya sombra se proyecta con fuerza sobre toda una generación. Stans, el nuevo documental dirigido por Steven Leckart, intenta precisamente eso: enfrentarse al mito desde un ángulo diferente, el de sus seguidores. Y aunque la idea puede parecer atractiva sobre el papel, el resultado es tan desequilibrado como parcial.
Leckart articula Stans con la estructura de una carta abierta al fanatismo, construyendo su relato a través de testimonios que se suceden como un rosario de confesiones personales. Hay emoción, hay honestidad, y hay mucho amor por el de Detroit. Pero también hay una sobrecarga evidente: el documental se convierte pronto en una sucesión de voces sin fin, donde cada historia intenta ser más impactante que la anterior. ¿El problema? Que en este mar de declaraciones se pierde lo esencial: la música.
Porque Stans habla mucho, muchísimo, pero suena poco. Eminem está presente, claro, pero de forma indirecta, casi como un eco. Sus canciones apenas aparecen; su música, su producción, su evolución artística quedan relegadas a un segundo plano. Leckart opta por centrarse en el fenómeno del “stan” como concepto sociológico y cultural, más que en el artista que lo originó. Una elección legítima, sí, pero que deja con hambre a quienes esperaban un retrato musical más contundente.
El montaje, dinámico y efectivo por momentos, también termina atrapado en su propia reiteración. Visualmente, la cinta se mueve con solvencia entre recreaciones estilizadas, clips de archivo y entrevistas, pero no consigue romper el bucle testimonial en el que cae desde su primer tercio. El espectador no fan –ese que se acerca curioso o en busca de contexto– pronto se ve desbordado por una avalancha de devoción que se vuelve monótona.
Eso sí, para los fieles, Stans será un festín emocional. No se puede negar la pasión ni la autenticidad de quienes aquí hablan. Es, en ese sentido, un espejo en el que el fan podrá reconocerse, revivir momentos, emocionarse con el poder transformador de una canción o una letra. Y seguramente era esa la intención del proyecto: hablar más de los que escuchan que del que canta. Pero el precio es alto: el propio
Eminem se diluye entre tanto testimonio, convertido más en excusa que en protagonista.
En definitiva, Stans es un documental dirigido con devoción pero sin equilibrio. Le sobra verborrea y le falta ritmo; le sobra entusiasmo y le falta música. Interesante como fenómeno social, limitado como retrato artístico. Los fans lo celebrarán. Los demás, probablemente, mirarán el reloj.
NOTA 5/10
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