martes, 5 de agosto de 2025

BERGEN-BELSEN: LO QUE ENCONTRARON

Director: Sam Mendes
Reparto: Documental 
Montaje: Andy Worboys  
Música: Hybrid 
Productora: Lightbox (Simon Chinn, Jonathan Chinn y Gaby Aung), en asociación con Neal Street Productions y el Imperial War Museums  
Distribuidora: Filmin 
Año: 2025
Título Original: What They Found
Estreno En España: 01/08/25 en plataformas Filmin dentro del AMFF 
Género: Documental,  Bélico 
Duración: 39 Minutos 

ARGUMENTO 
Documental que cuenta la historia de dos soldados-operadores de cámara británicos que filmaron la liberación del campo de concentración de Bergen-Belsen al final de la Segunda Guerra Mundial. En abril de 1945, los sargentos Mike Lewis y Bill Lawrie, de la Unidad de Cine y Fotografía del Ejército Británico, se toparon con lo que, según les informaron, era un hospital para enfermos de tifus, a unos 25 km de un pequeño pueblo llamado Celle, en el norte de Alemania, conocido como Bergen-Belsen. Desde entonces, una enorme cantidad de material filmado en 35 milímetros ha permanecido almacenado en el archivo del Museo Imperial de la Guerra en Londres. Junto a esas imágenes se encontraban entrevistas a los miembros de la unidad realizadas en los años ochenta por Kay Gladstone, uno de las entonces conservadores del museo. Esta película incluye todo ese material y las entrevistas a las que se prestaron.

CRÍTICA 
Durante la pandemia, Sam Mendes fue contactado por el productor Simon Chinn para dirigir un documental sobre la Army Film and Photographic Unit. La propuesta llegaba en un momento vital en el que el realizador británico, ganador del Óscar por "American Beauty", buscaba nuevos territorios expresivos. Espero que este documental ofrezca una perspectiva única sobre el descubrimiento de los horrores de Belsen y la realidad del Holocausto", explica Mendes sobre los motivos que le llevaron a aceptar el proyecto. 

Con Lo que encontraron, Sam Mendes —director que jamás se había adentrado en el formato documental— da un paso al frente sin aspavientos, sin artificios y, sobre todo, sin intención de protagonismo. Su aportación aquí es tan sobria como certera: rescatar del olvido un material devastador, necesario y profundamente humano. Y lo hace con un respeto que emociona más que cualquier reconstrucción dramática o voz en off solemne
El documental se construye sobre dos pilares documentales de valor incalculable. Por un lado, las bobinas mudas en blanco y negro que Lewis y Lawrie filmaron en Bergen-Belsen fueron depositadas en el Imperial War Museum por la Oficina de Guerra británica en los años cincuenta. Por otro, las entrevistas realizadas en los años ochenta a varios camarógrafos de la Segunda Guerra Mundial, dirigidas por Kay Gladstone, entonces conservadora senior de cine del museo. Entre ellas, destacan los testimonios sonoros de Lewis y Lawrie, custodiados durante décadas en los archivos. La combinación de ambos materiales permite al espectador acceder tanto a la crudeza visual de los primeros días tras la liberación como a la reflexión pausada de quienes vivieron aquellos momentos

La película se emitió por primera vez en BBC Two el pasado abril con motivo del 80º aniversario de la liberación del campo nazi de Bergen-Belsen, y forma parte de la programación online del Atlàntida Mallorca Film Fest. El filme se sostiene en los testimonios y las imágenes de los sargentos Mike Lewis y Bill Lawrie, operadores de la Army Film and Photographic Unit británica, y está narrado exclusivamente con su material de archivo

Estamos ante un documental de apenas 39 minutos, pero con un peso histórico y emocional que difícilmente podrá olvidarse. No hay narradores famosos, no hay música de fondo que “acompañe” la tragedia. Solo imágenes filmadas en 1945 por dos soldados británicos, Mike Lewis y Bill Lawrie, que llegaron al campo de concentración de Bergen-Belsen con una cámara en la mano y el corazón encogido. Sus voces, grabadas décadas más tarde, son las únicas que nos guían: lo que vieron, lo que sintieron, lo que intentaron entender. Mendes toma ese testimonio en bruto y lo convierte en un homenaje silencioso a la memoria y al deber de recordar.

Es en esa decisión estética —o más bien ética— donde el documental encuentra su mayor acierto: no manipula, no dramatiza, no explica más de la cuenta. Deja que las imágenes hablen por sí solas. Cadáveres apilados, miradas vacías, cuerpos que ya no son cuerpos. Y en medio de ese horror, la dignidad de un puñado de soldados que, cámara en mano, intentaron dejar constancia de aquello que nunca debió ocurrir.

No es un documental para entretenerse. Es un documento para no olvidar. Uno de esos trabajos que, sin levantar la voz, nos obliga a mirar de frente la parte más oscura de nuestra historia. Y solo por eso, ya es imprescindible

NOTA 6/10



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