Dirección: Manele Labidi
Guion: Manele Labidi
Reparto:Camélia Jordana,Sofiane Zermani,Damien Bonnard,Rim Monfort,Saadia Bentaïeb
Farida Rahouadj,Clémentine Poidatz,Jean-Benoît Ugeux
Marie Rivière,Stéphane Soo Mongo
Música: Daniel Levy, Norman Plaza
Fotografía: Pierre-Hubert Martin
Montaje: Sophie Vercruysse
Decorados: Damien Rondeau
Vestuario: Elfie Carlier
Sonido: Thomas Grimm-Landsberg, Ingrid Ralet, Mathieu Cox, Emmanuel de Boissieu
Distribuidora: Vercine
Año; 2024
Título Original: Reine Mère
Estreno En España:21/11/25
Género: Drama, Comedia
Duración: 93 Minutos
ARGUMENTO.
Amel es un personaje de gran temperamento, con ambición para sus dos hijas y una fuerte autoestima. Forma con su marido Amor una relación apasionada y explosiva. A pesar de las dificultades económicas, no quiere abandonar el barrio acomodado donde viven.
Pero la familia pronto se ve amenazada porque podrían perder su apartamento. Al mismo tiempo, Mouna, la hija mayor, empieza a tener extrañas visiones de Carlos Martel tras aprender en la escuela que él detuvo a los árabes en Poitiers en el año 732. Amel no tiene otra opción: deberá reinventarse.
CRÍTICA
Reina Madre es uno de esos filmes que, aun contando con destellos de lucidez y momentos realmente inspirados, nunca termina de encontrar su tono. Manele Labidi construye una historia que mezcla drama familiar y una pizca de fantasía social, y en esa mezcla surge lo mejor y lo peor de la propuesta. La relación entre la joven Mouna y ese “amigo imaginario” que empieza a rondarla tras aprender en el colegio quién fue Carlos Martel es, sin duda, lo más atractivo del filme: ahí Labidi encuentra la inocencia, la curiosidad infantil y un punto de magia cotidiana que funciona como motor emocional de la película.
Durante la preparación del filme, Camélia Jordana confesó en prensa que la directora le pidió que evitara totalmente ver a la niña protagonista durante la fase inicial de ensayos. Labidi buscaba crear en Jordana una tensión natural, un nerviosismo real que alimentara el carácter explosivo del personaje. La idea era que el primer encuentro “real” en rodaje tuviera ese punto de incomodidad que luego vemos reflejado en pantalla. Una decisión curiosa que dice mucho del enfoque emocional del proyecto.
Al y Amor, los padres de la niña, viven al borde del precipicio económico mientras se aferran a un barrio que ya no pueden permitirse. De repente, la amenaza de perder su hogar coincide con las visiones de Mouna, que sirven como espejo del desconcierto familiar. Sobre el papel, un conflicto potente; en pantalla, irregular. Y es ahí donde el filme empieza a tambalearse, porque la representación de los padres —siempre al borde del grito, siempre en tensión— se vuelve irritante. Labidi insiste tanto en la crispación que termina por desgastar la empatía del espectador, rompiendo la armonía que sí funciona en las escenas de la niña.
Y eso es lo que sucede con Reina Madre: cuando se centra en la mirada infantil, la película respira y emociona. Cuando se sumerge en el caos adulto, el ruido tapa la sensibilidad. Se ve… pero no sorprende; y cuando el plano final aparece, uno siente que ya está pensando en otra cosa. Es de esas películas que no molestan, pero tampoco dejan poso.
NOTA 5/10
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