Dirección: Neil Burger.
Guion: Neil Burger,Olen Steinhauer
Reparto: Phoebe Dynevor,Rhys Ifans,Ciara Baxendale,Kersti Bryan.
Majd Eid,Byron Clohessy,Daniel Joey Albright,Mitchell Hochman.
Salim Siddiqui,José Alvarez
Música: Paul Leonard-Morgan.
Fotografía: Jackson Hunt.
Montaje: Nick Carew.
Productoras: Miramax; Nota Bene Productions.
Distribuidora: YouPlanet
Año: 2025
Título Original Inheritance.
Estreno En España: 04/11/25 en plataformas Movistar Plus.
Género: Thriller, Acción
Duración: 101 Minutos
ARGUMENTO
Cuando la joven Maya (Phoebe Dynevor) se entera de que su padre Sam (Rhys Ifans) fue una vez espía, se encuentra de repente en el centro de una conspiración internacional. Mientras busca respuestas, la
propia Maya se convierte en objetivo y debe aprender rápidamente las habilidades de su padre
CRÍTICA
Neil Burger regresa al thriller con Inheritance, una propuesta tan modesta en apariencia como sorprendentemente eficaz en su ejecución. Lejos de los artificios de un Bourne o un Bond, la película apuesta por un enfoque contenido, casi artesanal, rodado con dispositivos móviles y un equipo esencial que parece sacado de un rodaje intimista Y, curiosamente, es precisamente ese minimalismo el que termina por darle personalidad a un filme que, sin hacer ruido, sabe cómo mantenernos atrapados durante buena parte de su metraje.
La premisa es sencilla pero sugerente: tras la muerte de su madre, una joven descubre que su padre al que creía conocer esconde una doble vida como espía. A partir de ahí se embarca en un viaje que la lleva de Nueva York a Egipto, India o Corea del Sur, siguiendo las huellas de un pasado que nadie en su familia parecía conocer No estamos ante una historia especialmente novedosa, pero Burger sabe jugar con los códigos del género y dosifica las revelaciones lo suficiente como para que el espectador quiera seguir avanzando junto a su protagonista
Protagonista que, dicho sea de paso, se come la pantalla. La actriz aparece prácticamente en cada plano y carga con el peso emocional y físico del relato sin titubeos. De hecho, la película funciona en gran parte gracias a su presencia: su rostro, casi siempre entre la duda, el temor y la determinación, se convierte en el auténtico motor del thriller. Puede que algunos giros se vean venir —y es cierto que se ven venir—, pero incluso esos momentos de previsibilidad encuentran fuerza gracias a la intensidad que ella aporta..
En lo técnico, Inheritance es un pequeño logro. El uso del móvil como herramienta principal no solo aporta inmediatez, sino que refuerza esa sensación de urgencia que rodea a la protagonista. Las localizaciones internacionales, captadas con medios mínimos, dan una textura casi documental que el filme abraza con convicción. Como anécdota curiosa, parte del rodaje en India y Egipto se realizó en plena calle sin permisos tradicionales, integrando a la actriz en el flujo real de las ciudades para potenciar el realismo del relato. Burger ya había coqueteado con este tipo de rodaje ligero en otros proyectos, pero aquí se nota que apostó por llevarlo al límite.
Si hay un “pero”, quizá el más evidente, es su duración. Con 10 o 15 minutos menos, la película podría haber ganado en concisión y ritmo. Hay algún tramo central que amenaza con estancarse, pero incluso ahí la narración jamás pierde del todo la tensión, en parte porque la protagonista sostiene cada escena con aplomo.
Inheritance no pretende revolucionar el género. No tiene el músculo ni las pretensiones de las grandes franquicias de espionaje. Pero sí ofrece algo que a veces se echa de menos: un thriller sólido, directo, consciente de sus límites y orgulloso de sus virtudes. Una película efectiva, entretenida y hecha con más inteligencia que presupuesto, que confirma que, con los elementos justos y una actriz en estado de gracia, todavía pueden contarse historias de espionaje pequeñas… pero llenas de vida.
NOTA 7/10
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