SPRINGSTEEN: DELIVER ME FROM NOWHERE

Director: Scott Cooper 

Guion: Scott Cooper, basado en el libro Deliver Me From Nowhere: The Making of Bruce Springsteen’s Nebraska de Warren Zanes 

Reparto: Jeremy Allen White,Jeremy Strong,Paul Walter Hauser,Stephen Graham,Odessa Young,Gaby Hoffmann,Marc Maron 

David Krumholtz

Fotografía: Masanobu Takayanagi

Montaje: Pamela Martin 

Música: Jeremiah Fraites .

Distribuidora: Disney 

Año: 2025

Título Original: Springsteen: Deliver Me From Nowhere

Estreno En España: 24/10/25

Género: Drama,  Músical 

Duración: 120 Minutos 

ARGUMENTO 

De la mano de 20th Century Studios, Springsteen: Deliver Me From Nowhere narra la creación del álbum Nebraska de Bruce Springsteen, en 1982, cuando el músico se encontraba al borde de la fama mundial y luchaba por reconciliar las presiones del éxito con los fantasmas de su pasado. Grabado en un sencillo magnetófono de cuatro pistas en su habitación de Nueva Jersey, aquel disco marcó un momento decisivo en su vida y es considerado una de sus obras más duraderas: un álbum acústico, crudo y fantasmagórico, poblado por almas perdidas que buscan una razón para creer.

CRÍTICA 

Scott Cooper vuelve a demostrar que pocos cineastas contemporáneos saben explorar las sombras del alma con tanta sensibilidad. En Springsteen: Deliver Me From Nowhere, el director de Corazón rebelde y Antlers construye un retrato espléndido sobre la creación del mítico álbum Nebraska de Bruce Springsteen, una de las obras más personales y despojadas de la historia del rock.

La película nos sitúa en 1982, en el momento en que Springsteen, a punto de convertirse en una estrella mundial tras el éxito de The River, se encierra en su casa de Nueva Jersey armado únicamente con una guitarra, una grabadora de cuatro pistas y un mar de dudas. A partir de esa soledad, el film se convierte en un viaje hacia las inseguridades, los miedos y la necesidad de encontrarse a sí mismo, algo que 

Cooper filma con una delicadeza casi artesanal, huyendo de todo artificio.

Jeremy Allen White, en una interpretación soberbia, se transforma por completo en “el Boss”. No lo imita: lo siente. Cada gesto, cada mirada cargada de incertidumbre, cada silencio roto por una melodía, transmite verdad. Es un trabajo lleno de matices, que confirma el talento de un actor que, tras The Bear, demuestra estar en estado de gracia.

La puesta en escena es intimista, casi fantasmal. Cooper y su habitual director de fotografía, Masanobu Takayanagi, iluminan la película con tonos apagados, como si el propio celuloide respirara la tristeza y la belleza de aquellas canciones. No es una biografía al uso, sino un drama honesto y sincero sobre la creación artística y la fragilidad emocional que la acompaña.

Como curiosidad, Cooper quiso que todo el equipo escuchara el disco completo cada mañana antes de rodar, para mantener la atmósfera emocional que Springsteen respiraba en aquellos días. Además, Jeremy Allen White grabó él mismo algunas canciones en directo durante el rodaje, para lograr esa sensación de aislamiento y vulnerabilidad que el director buscaba.

En definitiva, Springsteen: Deliver Me From Nowhere es un drama íntimo, lleno de verdad, que se aleja del biopic convencional para ofrecernos una mirada profunda sobre la creación, la soledad y el arte como salvación. Una película que no solo se ve: se siente.

NOTA 8/10