jueves, 28 de agosto de 2025

BONJOUR TRISTESSE (BUENOS DÍAS TRISTEZA)

Director: Durga Chew-Bose 
Guion: Durga Chew-Bose, basado en la novela de Françoise Sagan (1954) 
Reparto: Lily McInerny, Claes Bang, Chloë Sevigny, Naïlia Harzoune, Aliocha Schneider,Nathalie Richard,Mélodie Adda
Fotografía: Maximilian Pittner 
Montaje: Amélie Labrèche 
Música: Lesley Barber 
Vestuario: Miyako Bellizzi
Distribuidora: Filmin
Año: 2024
Título Original: Bonjour Tristesse
Estreno En España: 22/06/25 en plataformas Filmin dentro del AMFF 
Género: Drama  Romance 
Duración: 111 Minutos 

ARGUMENTO 
En pleno verano, Cécile, de 18 años, languidece en la costa francesa con su padre, Raymond, y la novia de éste, Elsa. La llegada de una amiga de su difunta madre, Anne, lo cambia todo. En medio del esplendor bañado por el sol, el mundo de Cécile se ve amenazado y, desesperada por recuperar el control, pone en marcha un plan para alejar a Anne.

CRÍTICA 
Durga Chew-Bose se enfrenta a un reto mayúsculo: recuperar una obra mítica de Françoise Sagan que ya tuvo adaptación cinematográfica en los años cincuenta y darle una nueva vida para un espectador contemporáneo. El resultado es un filme que, sin ser redondo, consigue atraer gracias a su cuidada atmósfera, aun cuando su ritmo irregular puede llegar a poner a prueba la paciencia de más de uno.

Ambientada en la luminosa costa francesa, "Bonjour Tristesse" narra el verano de Cécile, una adolescente ingeniosa y provocadora que languidece con su padre, Raymond, y la novia de éste, Elsa. La armonía entre ambos se rompe con la llegada de Anne, una amiga de su difunta madre, que revolucionará la relación, generando un juego de deseos, inseguridades y conflictos inesperados. En medio del esplendor bañado por el sol, el mundo de Cécile se ve amenazado y, desesperada por recuperar el control, pone en marcha un plan para alejar a Anne. Es una película pensada para quienes disfrutaron de “Cegados por el sol” o entusiastas de la filmografía de Luca Guadagnino y Éric Rohmer

En 1954, con solo 18 años, Françoise Sagan revolucionó el panorama literario francés con la publicación de “Bonjour tristesse”. La novela, que retrataba la vida hedonista y amoral de la juventud burguesa francesa, causó un escándalo inmediato al abordar temas tabú como el despertar sexual adolescente, el rechazo de la moral tradicional y la manipulación emocional, hasta el punto de ser prohibida por el Vaticano y censurada en varios países europeos. Su éxito fue tan arrollador que apenas cuatro años después, Otto Preminger la adaptó al cine con Jean Seberg de protagonista. Esta adaptación sufrió el mismo destino que la novela, un clásico instantáneo seguido de una polémica arrolladora, siendo prohibida en Estados Unidos por su “inmoralidad”.

El gran triunfo de Bonjour Tristesse reside en su puesta en escena. Chew-Bose apuesta por una estética que destila glamour y sofisticación, envolviendo cada secuencia en un halo de nostalgia veraniega, casi como si el espectador estuviese hojeando un álbum de fotografías cuidadosamente compuestas. Esa ambientación no solo funciona como fondo, sino que se convierte en el verdadero motor que empuja a continuar la historia, incluso cuando la trama se alarga más de lo deseado.

En el terreno interpretativo, la película encuentra sus mejores bazas. Lily McInerny dota a Cécile de una fragilidad y rebeldía que la hacen hipnótica; Claes Bang construye un Raymond elegante y ambiguo, mientras que Chloë Sevigny ofrece probablemente la actuación más sólida, aportando profundidad y matices a un personaje que podría haber quedado en arquetipo. Gracias a ellos, la película se sostiene y logra transmitir la intensidad emocional de los conflictos internos y sentimentales que laten en la novela.

Sin embargo, no se puede obviar que el ritmo juega en contra. Hay momentos en los que la narración parece perderse en su propio tempo pausado, estirando escenas hasta rozar la languidez. Este desfase entre fondo y forma provoca que la tensión dramática se diluya, lo que puede frustrar a quienes buscan un relato más dinámico

En definitiva, Bonjour Tristesse es un remake irregular, pero con suficientes virtudes como para recomendar su visionado. Su atmósfera elegante, el magnetismo de su reparto y esa sensación de sofisticación que impregna cada plano logran compensar sus problemas de ritmo. Una obra que no revoluciona, pero que reafirma a Durga Chew-Bose como una cineasta a tener en cuenta en el panorama internacional

NOTA: 5,5/10




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