viernes, 15 de agosto de 2025

UNA MUERTE SILENCIOSA

Dirección: Sebastián Schindel 
Guion: Matías Lucchesi
Reparto: Joaquín Furriel, Alejandro Awada, Soledad Villamil,Víctor Laplace, María Marull, Sol Wainer, Patricio Contreras, Gonzalo Garrido, Ramiro Pintor, Camila Peralta, Javier Pedersoli, Juan Alari, Diego Mamone
Fotografía: Guillermo Nieto 
Montaje: Rosario Suárez 
Dirección de arte: Martín Zabala Monzón 
Música: Sebastián Escofet
Distribuidora: Disney 
Año: 2025
Título Original: Una Muerte Silenciosa
Estreno En España; 07/08/25 en plataformas Movistar Plus 
Género: Drama,  Thriller 
Duración: 88 Minutos. 

ARGUMENTO. 
En la Patagonia argentina, la tragedia sacude la Estancia Copenhague. Octavio despierta de una borrachera para descubrir que su sobrina, Sofía, ha muerto por una bala perdida. Entre un romance juvenil y un fotógrafo obsesionado con las armas, busca reconstruir la verdad de aquella noche. Con la sombra de la traición y pocas pistas, solo cuenta con unas misteriosas fotos, la ayuda de un excomisario y el consuelo fugaz de una prostituta. ¿Descubrirá quién mató a Sofía?

CRÍTICA 
Sebastián Schindel vuelve a sumergirse en un territorio que le sienta como un guante: el del drama con tintes de thriller, en el que las relaciones humanas se tensan hasta límites insospechados y la verdad se esconde bajo capas de silencio. En Una muerte silenciosa nos traslada a la Patagonia argentina de los años 80, un escenario que, más que mero decorado, actúa como un personaje más: hostil, imponente, y con una belleza fría que cala los huesos

Allí vive Octavio (Joaquín Furriel), un cazador curtido que una mañana, tras una noche de alcohol, descubre el cadáver de su sobrina Sofía. Las sospechas se ciernen rápidamente sobre dos jóvenes que la pretendían. El problema es que el padre de uno de ellos es Klaus (Alejandro Awada), amigo de toda la vida de Octavio, lo que abre una grieta difícil de cerrar entre la lealtad y la búsqueda de justicia.

La primera mitad de Una muerte silenciosa es un terreno pedregoso para el espectador. Schindel opta por un ritmo pausado, casi errático, que por momentos parece más interesado en capturar la crudeza del entorno que en hacer avanzar la trama. El montaje y la narrativa que llegan a desquiciar exigen paciencia y predisposición, algo que puede desalentar a quien espere un thriller convencional de tensión constante

Sin embargo, en ese aparente letargo se esconde uno de los mayores aciertos de la película: la capacidad de transmitir el aislamiento emocional de los personajes y el peso del paisaje. La Patagonia, filmada con una luz mortecina y amplios planos abiertos, se convierte en un espejo de las emociones reprimidas y de la imposibilidad de escapar de ciertas verdades.

Cuando el relato se encamina hacia su tramo final, Schindel pisa el acelerador. Surgen los giros de guion, el conflicto moral se intensifica y el interés crece de forma notable. El director logra que el espectador, después de un largo trecho en la penumbra, encuentre un clímax que justifica la espera.

Una muerte silenciosa no es un thriller de manual. Es moroso, incluso áspero, pero termina resultando un ejercicio eficaz en el que forma y fondo se retroalimentan. Schindel demuestra que en sus historias no hay nada gratuito: cada pausa, cada plano, cada silencio acaba encontrando su sentido. Y cuando la nieve y el hielo comienzan a derretirse, lo que emerge es un retrato inquietante sobre la culpa, la amistad y la fragilidad de los lazos que creemos inquebrantables.

NOTA 5/10




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