Director: Gerard Oms
Guion: Gerard Oms
Reparto: Mario Casas, David Verdaguer, Ilyass El Ouahdani, Jetty Mathurin, Hanneke van der Paardt Raúl Prieto, Nausicaa Bonnín, Daniel Medran,Jetty Mathurin
Producción Zabriskie Films (España), Revolver Amsterdam (Países Bajos), con apoyo de ICAA, NL Film, TV3 y RTVE
Fotografía: Edu Canet Ciscar
Montaje: Neus Ballús
Música: : Sílvia Pérez Cruz
Distribuidora: Bteam Pictures
Año: 2025
Tirulo Original: Molt lluny
Estreno En España: 01/04/25 en cines y 01/08/25 en plataformas Filmin y Movistar Plus
Género: Drama, Autor
Duración: 100 Minutos
ARGUMENTO
Sergio viaja a Utrecht con su familia para asistir a un partido de fútbol. Antes de coger el vuelo de regreso a Barcelona, sufre un ataque de ansiedad y decide quedarse en Holanda. Incapaz de dar una explicación coherente a los suyos, corta el contacto con su pasado. A partir de ese momento, tendrá que sobrevivir sin apenas dinero y sin hablar el idioma local.
CRÍTICA
Hay películas que se ven y se olvidan. Otras se entienden o no se entienden. Y luego está Muy lejos, que más que entenderse, se siente. Y no siempre de forma cómoda Gerard Oms debuta en la dirección con una propuesta valiente, sobria y, por momentos, desconcertante.
Muy lejos no es una película de tramas claras ni de personajes con respuestas. Es, ante todo, un estado emocional, un hueco. Un vacío que, desde su primera escena, interpela al espectador y le exige paciencia, introspección y, sobre todo, comprensión.
La historia parte de un gesto tan simple como elocuente: Sergio, un joven que viaja con su familia a Utrecht para ver a su equipo, el Espanyol, decide quedarse allí sin avisar a nadie. ¿Por qué? Nunca lo sabremos del todo. Y eso es precisamente uno de los grandes aciertos del filme: Oms evita la explicación fácil y prefiere que el espectador camine, como su protagonista, sin mapa.
Mario Casas firma posiblemente el trabajo más maduro, vulnerable y humano de toda su carrera. Olvida sus tics, sus marcas, su imagen de galán, para convertirse en un personaje frágil, contradictorio, distante. Su Sergio es un joven sin rumbo, sin certezas, sin rumbo claro, pero lleno de una angustia silenciosa que se palpa en cada gesto. Casas no habla mucho, pero cuando calla, lo dice todo. Su rostro refleja desorientación, tristeza, miedo y, a ratos, una necesidad profunda de redención. El suyo es un personaje con el que cuesta empatizar... pero al que terminamos entendiendo. O queriendo entender. Y eso, en cine, es un triunfo.
Oms opta por una puesta en escena casi documental, sin adornos, sin música invasiva (aunque el uso puntual de Sílvia Pérez Cruz es precioso), con una cámara que sigue a Sergio en su día a día: lavando platos, buscando casa, caminando sin rumbo por una ciudad ajena. La inmigración aquí no es decorado ni denuncia fácil. Es, más bien, una metáfora del desarraigo emocional. El extranjero no es Utrecht, es la vida misma.
Muy lejos es una película que habla del silencio. Del miedo a regresar. De la necesidad de perderse para encontrarse. Y también, aunque no lo diga, de una identidad sexual reprimida, de una masculinidad heredada y enferma, de la herida que deja crecer sin saber quién eres.
Puede que no sea una película redonda. Su ritmo pausado, la falta de giros narrativos o respuestas pueden incomodar a algunos espectadores. Pero también es cierto que en ese riesgo reside su mayor virtud: Muy lejos no es un drama al uso, sino una experiencia sensorial, un cine que se atreve a no complacer..En definitiva, una película imperfecta, sí. Pero profundamente honesta, sincera, valiente. Y eso, en los tiempos que corren, es más que suficiente. Sergio no quiere volver. Nosotros, cuando la película termina, tampoco.
NOTA 6/10
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