Dirección: Madeleine Sims-Fewer, Dusty Mancinelli.
Guion: Madeleine Sims-Fewer, Dusty Mancinelli.
Reparto: Grace Glowicki,Ben Petrie.
Jason Isaacs,Kate Dickie,India Brown,Patricia Tulasne,Julian Richings.
Montaje: Lev Lewis.
Fotografía: Adam Crosby.
Música: Andrea Boccadoro
Distribuidora:Sin distribución en España
Año; 2025
Título Original: Honey Bunch
Estreno En España: 13/10/25 en el Festival de Sitges
Género: Thriller, Fantástico
Duración: 113 Minutos
ARGUMENTO
Cuando Diana despierta de un coma con la memoria fragmentada, ella y su marido buscan tratamientos experimentales en un centro remoto. A medida que los procedimientos se intensifican, su matrimonio se pone a prueba y Diana empieza a dudar de las verdaderas intenciones de su marido..
CRÍTICA
Hay películas que parecen nacer con la intención de jugar con el espectador, casi de retarlo, de mirarle a los ojos y decirle “sígueme si puedes”. Honey Bunch es una de ellas… aunque en ese empeño por provocar, por regañar incluso al público que no entra rápido en su juego, lo que consigue en demasiados momentos es sumirnos en una confusión constante. Y ahí es donde el filme de Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli se convierte en una experiencia tan extraña como irregular.
La propuesta parte de una premisa clara: Diana despierta de un coma con la memoria hecha pedazos y su marido decide llevarla a una remota clínica experimental donde, supuestamente, podrán recomponer lo que queda de ella. Lo que en la teoría se presenta como un descenso a lo desconocido, en pantalla se transforma en un laberinto inquietante de tratamientos invasivos, silencios que pesan más que las palabras y una relación matrimonial que se desploma a medida que se intensifica el proceso. Hasta aquí, todo sugerente… pero a partir de cierto punto, el filme parece disfrutar tanto de sus propias incógnitas que se olvida de resolverlas.
No es de extrañar que en la pasada edición del Festival de Sitges dejara un sabor agridulce. Hubo quien celebró su valentía y su atmósfera enfermiza, y hubo quien —la mayoría silenciosa— salió de la sala preguntándose si había visto un thriller psicológico, una alegoría corporal o una broma de sus directores.
Lo que sí es evidente es que no todos los espectadores entraron en el juego, y Honey Bunch, por momentos, parece empeñada en que solo unos pocos encuentren la llave del rompecabezas. A ratos resulta desesperante, como si la película supiera que tiene algo poderoso entre manos pero decidiera dosificarlo hasta lo exasperante.
Eso no quita que estemos ante un relato que, cuando acierta, sorprende de verdad. Hay planos, decisiones formales y estallidos narrativos que remiten directamente al Cronenberg más carnal y perturbador, ese que convertía el cuerpo humano en un territorio de mutaciones emocionales. Sims-Fewer y Mancinelli no esconden ese homenaje; lo abrazan. Y aunque no siempre sepan qué hacer con él, la influencia está ahí, palpable, casi táctil.
En cuanto a curiosidades, durante el rodaje en la clínica real donde se filmaron varias secuencias, el equipo comentaba que Grace Glowicki permanecía largos ratos aislada entre tomas para mantener la sensación de desorientación que exigía su personaje. Ese aislamiento voluntario, contaba el propio equipo técnico, hizo que algunas de sus reacciones en pantalla fueran tan auténticas que los directores decidieron mantener escenas improvisadas que no estaban en el guion original.
Honey Bunch es, en definitiva, una película llena de potencial, de ideas potentes y momentos brillantes… pero también de decisiones formales que descolocan más de lo necesario. Una obra que quiere agitar, provocar, interpelar, pero que en ocasiones olvida que, para que el golpe llegue, antes hay que dejar al espectador entrar en la sala. Una propuesta inquietante, irregular, fascinante y frustrante a partes iguales, capaz de provocar rechazo y admiración en el mismo plano.
NOTA 5/10
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