Dirección: Javier Ruiz Caldera
Guion: Laia Aguilar, Carmen Marfà, Yago Alonso, Valentina Viso
Reparto:Jordi Catalán, Miki Esparbé, Àngels Gonyalons – Matilde, Anna Castillo, Berto Romero, Nausicaa Bonnín, Carlos Cuevas, Dafnis Balduz, Stephan Wiks, Carlos Cuevas
Música: Clara Peya
Fotografía: Sergi Vilanova
Montaje: Alberto de Toro
Producción: Nostromo Pictures, Lo Vi Films, Telecinco Cinema, Wolfgang Película AIE; coproducción con 3Cat; participación de Mediaset España, Movistar Plus+; apoyo del ICAA e ICEC; venta internacional: Film Factory
Distribuidora: Universal
Año: 2025
Título Original: Wolfgang (Extraordinario).
Estreno En España 14/03/25 en cines y 25/07/25
Género: Drama, Comedia
Duración: 107: Minutos
ARGUMENTO
Wolfgang es un niño de 10 años con trastorno del espectro autista y un cociente intelectual de 152, virtuoso del piano. Tras la repentina muerte de su madre, debe mudarse con su padre Carles, a quien nunca conoció. Wolfgang desprecia su desorden y lo califica de “bajocien”, mientras que su único sueño es seguir los pasos de su madre e ingresar en la prestigiosa Academia Grimald de París. Carles debe decidir entre su carrera como actor y el reto de convertirse en el padre que Wolfgang necesita. La película muestra cómo ambos se adaptan, se enfrentan, se frustran y —sobre todo— se conectan a través de la música y las emociones.
CRÍTICA
Con Wolfgang (Extraordinario), Javier Ruiz Caldera da un paso al margen de la comedia disparatada que ha marcado buena parte de su filmografía (Spanish Movie, Anacleto, Superlópez) para adentrarse en un terreno más emocional, más delicado y también más complicado: el drama familiar con tintes feel-good. Adaptación de la novela homónima de Laia Aguilar, la película parte de una premisa interesante y poco habitual en el cine español: la historia de un niño con trastorno del espectro autista y superdotado que debe lidiar con la muerte de su madre y el reencuentro con un padre que no conocía. El punto de partida es potente, sin duda. El resultado, sin embargo, es más amable que impactante, más correcto que memorable.
Ruiz Caldera intenta equilibrar drama, humor, retrato emocional y mirada social. Y ahí empiezan los problemas. La película no acaba de definirse en tono. Lo que debería ser una historia de crecimiento y redención paterno-filial se diluye a ratos en subtramas intrascendentes o gags que rompen el ritmo narrativo. Hay momentos en los que parece apostar por la emoción contenida, otros por la comedia ligera y otros por el drama de manual. La mezcla no siempre encaja bien, y eso le resta fuerza a una historia que, bien canalizada, podría haber tocado fibras más profundas.
Es de agradecer —y mucho— la visibilización que se hace del TEA (trastorno del espectro autista), mostrando las dificultades reales de un niño que percibe el mundo de forma distinta. En este aspecto, el guion acierta al evitar estereotipos y humaniza con ternura al joven protagonista, interpretado con verdad por el debutante Jordi Catalán. El pequeño Wolfgang se convierte en el alma de la película. Su mirada sincera y su manera peculiar de relacionarse con los demás, marcadas por la lógica extrema y la sensibilidad desbordante, nos regalan los mejores momentos del film..
Miki Esparbé, en el papel del padre caótico y desbordado, cumple con solvencia, aunque su personaje navega a menudo entre el arquetipo y la caricatura. La relación padre-hijo —que debería ser el eje central— funciona a ratos, pero carece de la progresión emocional que haría falta para emocionar de verdad. Tampoco ayuda un tramo final algo precipitado, donde todo parece resolverse más por guion que por desarrollo interno de los personajes.
La película está bien realizada: buena fotografía, cuidada dirección de arte y una partitura musical que sabe cuándo entrar y cuándo callar. Pero en lo narrativo, Wolfgang (Extraordinario) no consigue levantar el vuelo. La intención es noble, el punto de partida prometedor, pero la ejecución se queda corta. Es como si a la película le diera miedo ser incómoda, ser dramática, ser diferente... justo lo contrario de su protagonista.
En definitiva, Wolfgang (Extraordinario) es un drama amable, quizás demasiado. Una película que pone en valor una realidad que merece ser contada, pero que se queda a medio camino en su forma de contarla. Emociona a ratos, pero no remueve. Un film que no molesta, pero que tampoco deja huella. Y en el cine, como en la vida, a veces lo extraordinario necesita un poco más de verdad.
NOTA 4/10
AUDIO DE LA CLAQUETA ENTREVISTA A JAVIER RUIZ CALDERA Y MIKI ESPARB
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