LAS IRRESPONSABLES

Dirección: Laura Mañá

Guion: Laura Mañá y Marta Buchaca, basado en la obra de teatro Las irresponsables de Javier Daulte

Reparto: Laia Marull, Betsy Túrnez, Àgata Roca,Jordi Sánchez, Ruth Llopis, Berto Romero, Maurice Velez

Música: Xavier Capellas  

Fotografía: Sergi Gallardo

Productoras: Arcadia Motion Pictures, Afrodita AIE, Atresmedia Cine, Movistar Plus+, 3Cat. Apoyo del ICEC y financiación del ICAA

Distribuidora: A Contracorriente 

Año: 2025.

Título Original; Les Irresponsables 

Estreno En España: 24/07/25

Género; Drama,  Comedia 

Duración; 93 Minutos 

ARGUMENTO 

Nuria, Lila y Andrea se disponen a pasar un fin de semana juntas fuera de la ciudad en una casa inteligente, de lujo y llena de obras de arte que un amigo de Nuria les ha ofrecido. Su grupo de WhatsApp se llena de buenas intenciones… pero en realidad a las tres les da pereza acudir a la cita. Después de la primera noche todo cambia... las confesiones, emociones y deseos compartidos alrededor de la mesa les demostrarán que la complicidad entre amigas es la mejor excusa (y oportunidad) para hacer realidad sus impulsos más irresponsables

CRÍTICA. 

Laura Mañá regresa al largometraje con Las irresponsables, adaptación libre de la obra teatral de Javier Daulte, y lo hace con un envoltorio atractivo y unas intérpretes entregadas, pero con un contenido que se va desinflando con cada minuto. Lo que empieza como una comedia costumbrista con aroma a terapia entre amigas, termina siendo un ejercicio de estilo algo frío, en el que la forma pesa más que el fondo.

Desde su secuencia inicial, con ese lujoso chalet automático que parece más un personaje que un escenario, Mañá construye un universo donde las palabras importan más que los hechos. Allí llegan Lila, Núria y Andrea —cada una con sus cargas emocionales, sus culpas y sus máscaras— dispuestas a pasar un fin de semana “sin hombres, sin niños y sin reglas”. La premisa es clara y prometedora. Sin embargo, una vez entramos en materia, lo que debería ser una montaña rusa de revelaciones, humor negro y heridas abiertas se convierte en un carrusel repetitivo de conversaciones que ni conmueven ni sorprenden.

Y es una lástima, porque el trío protagonista funciona: Laia Marull aporta una fragilidad contenida que la cámara recoge con elegancia; Betsy Túrnez dota de comicidad natural a su personaje sin caer en la parodia; y Àgata Roca mantiene el equilibrio entre neurosis y ternura con solvencia. Las tres sostienen el relato con su talento, aunque el guion no les ofrezca una evolución real ni conflictos de peso

El mayor problema es que todo suena impostado. Las confesiones, los traumas, incluso los chistes —muchos de ellos forzados o de trazo grueso— parecen más ejercicios de guion que reacciones humanas. La teatralidad, aunque bien disimulada en lo visual, se cuela en el ritmo y en la forma en la que los personajes “declaman” en lugar de vivir. La famosa frase de “mostrar en lugar de contar” aquí se invierte con demasiada frecuencia.

Tampoco ayuda la puesta en escena, elegante pero distante. La fotografía de Sergi Gallardo es luminosa, limpia, casi de catálogo, pero nunca logra calidez. El chalet —con esa voz de inteligencia artificial que va mutando de mayordomo a conciencia irónica— termina siendo metáfora perfecta de la película: moderna, bien diseñada, pero emocionalmente vacía.

Laura Mañá intenta mezclar géneros, alternando comedia, drama y algo de sátira social. Pero los tonos no terminan de casar, y esa libertad formal se convierte en indecisión narrativa. El resultado: una obra que ni divierte del todo, ni emociona, ni deja poso. Se agradece la intención de explorar la amistad femenina desde un lugar no complaciente, pero la falta de naturalidad en los diálogos y la escasa profundidad de los conflictos convierten el conjunto en una experiencia inofensiva y algo hueca.

Las irresponsables es, en definitiva, una película bien interpretada, correctamente dirigida y visualmente impecable… pero que no consigue lo más difícil: emocionar. Porque cuando todo parece tan calculado, tan medido, tan escrito, el espectador no entra. Y cuando no entras, ni la mejor domótica puede encender la chispa.

NOTA 4,5/10