jueves, 25 de diciembre de 2025

CHRISTMAS BLOODY CHRISTMAS

Director: Joe Begos
Guion: Joe Begos
Reparto: Riley Dandy, Sam Delich, Jonah Ray Rodrigues, Dora Madison , Jeremy Gardner,Jeff Daniel Phillips, Abraham Benrubi, Kansas BowlingGraham Skipper
Montaje: Josh Ethier
Música: Steve Moore.
Fotografía Brian Sowell. 
Distribuidora: Shudder. 
Año: 2024.
Título Original: Christmas Bloody Christmas 
Estreno En España: En plataformas en AMC Plus y Planet Horror 
Género: Thriller,  Terror 
Duración: 85 Minutos 

ARGUMENTO. 
Es Nochebuena y Tori Tooms, la ardiente propietaria de una tienda de discos, solo quiere emborracharse y divertirse. Pero cuando un Papá Noel robótico en una juguetería cercana se vuelve loco y comienza una matanza desenfrenada a través de su pequeño pueblo, Tori se ve obligada a librar una sangrienta batalla por su supervivencia. Acción, violencia, explosiones y robots animatrónicos asesinos tradicionales rodados con estilo, hacen de esta una navideña odisea de horror y gore

CRÍTICA 
Christmas Bloody Christmas es la Navidad según Joe Begos: luces de neón, guitarras eléctricas y un Santa Claus con cortocircuito Joe Begos se ha labrado, con justicia, una aureola dentro del terror indie norteamericano. Títulos como The Mind’s Eye o Bliss lo convirtieron en un autor reconocible, amante del exceso, del grano sucio y de un cine que parecía rodado con sangre, sudor y distorsión. Por eso, Christmas Bloody Christmas llega precedida de expectativas… y quizá ahí reside uno de sus principales problemas.

La premisa no puede ser más directa: Nochebuena en un pequeño pueblo, una joven propietaria de una tienda de discos solo quiere emborracharse y escuchar rock, pero un Santa Claus robótico de uso militar, reconvertido en reclamo navideño, sufre un fallo y comienza a asesinar a todo el que se cruza en su camino. A partir de ahí, la película se entrega al slasher más clásico, con persecuciones, sangre y cuerpos cayendo como bolas del árbol de Navidad.

El problema es que, esta vez, Begos opta por el camino más convencional. El Santa asesino funciona como concepto, pero se queda en eso: un gimmick simpático que no evoluciona. Hay claras referencias al cine de acción y terror de los 80, con Terminator como sombra alargada —ese villano imparable, mecánico, sin alma—, pero el homenaje nunca termina de cuajar. El director parece debatirse entre la reverencia y la falta de riesgo, quedándose a medio camino de ambas.

Eso sí, las buenas intenciones están ahí. El film respira amor por el cine de videoclub, por las luces de neón, por la violencia física y tangible. Begos sigue apostando por efectos prácticos, por un gore artesanal que se agradece en tiempos de CGI perezoso. También resulta simpático el homenaje constante al rock, con una protagonista que vive entre vinilos y guitarras distorsionadas, como si el espíritu del heavy metal fuese el verdadero motor emocional de la película.

Pero más allá de su estética y de algún momento puntual de violencia bien resuelta, Christmas Bloody Christmas no termina de despegar. Los personajes son planos, los diálogos se alargan sin aportar demasiado y la sensación de repetición acaba pesando. El Santa robótico intimida al principio, pero pierde fuerza a medida que avanza el metraje, convirtiéndose en una amenaza mecánica sin verdadero impacto dramático.

Cabe destacar que el Santa Claus asesino fue interpretado físicamente por Jeff Daniel Phillips, habitual del cine de Rob Zombie, utilizando un traje animatrónico pesado y poco flexible, lo que obligó a coreografiar muchas escenas como si se tratara de un villano “torpe pero imparable”, reforzando aún más el paralelismo con el T-800 de Cameron. Además, Joe Begos insistió en rodar muchas secuencias con iluminación real de neones y luces navideñas, evitando trucos digitales para mantener ese look ochentero tan característico.

En definitiva, Christmas Bloody Christmas es una película que se deja ver, que tiene personalidad visual y una idea divertida, pero que no está a la altura del prestigio de su director. Un entretenimiento menor, más ruidoso que inspirado, que confirma que incluso dentro del terror indie también existe el riesgo de acomodarse en la fórmula. Una Navidad sangrienta, sí… pero que se olvida antes de que se apaguen las luces del árbol.

NOTA 4/10

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