Direccion: Frake-Waterfield
Guion Rhys Frake-Waterfield, Matt Leslie
Reparto: Scott Chambers, Mason Stanley Gold, Tallulah Evans, Ryan Oliva, Peter DeSouza-Feighoney, Lewis Santer, Marcus Massey, Eddy MacKenzie, Simon Callow, Alec Newman, Thea Evans, Nicola Wright, Teresa Banham, Flynn Gray, Tade Adebajo, Kelly Rian Sanson, Lila Lasso,, Joshua Osei, Sam Barrett, Ash Tandon, Toby Wynn-Davies
Producción Rhys Frake-Waterfield, Scott Chambers
Fotografía Vince Knight
Montaje: Dan Allen, Rhys Frake-Waterfield
Música Andrew Scott Bell
Distribuidora: Flins & Piniculas
Año: 2024
Título Original: Winnie-the-Pooh: Blood and Honey 2
Estreno En España: 29/11/25 en cines y 26/06/25 en plataformas AMC Plus y Planet Horror
Género Terror
Duración: 93 Minutos
ARGUMENTO
“En lo más profundo del Bosque de los Cien Acres, crece una furia destructiva cuando Winnie-the-Pooh, Piglet, Owl y Tigger ven peligrar su hogar y sus vidas después de que Christopher Robin revelara su existencia. No queriendo seguir viviendo en la sombra, el grupo decide llevar la lucha al pueblo de Ashdown, hogar de Christopher Robin, dejando un sangriento rastro de muerte y caos a su paso.
CRÍTICA
Rhys Frake-Waterfield regresa con Winnie the Pooh: El bosque sangriento, secuela directa de aquella propuesta que revolucionó —para bien o para mal— el circuito festivalero en Sitges 2024. La primera entrega ya marcaba claramente su terreno: terror de serie B, sin complejos y con un tono desvergonzado que buscaba más el impacto visual y el guiño cómplice al espectador fan del “slasher” radical que la coherencia narrativa. Esta segunda parte mantiene el mismo pulso, ni lo disimula ni lo maquilla, y precisamente en esa honestidad encuentra su pequeño valor.
La historia sigue lo ocurrido tras la revelación pública de Christopher Robin. “En lo más profundo del Bosque de los Cien Acres, crece una furia destructiva cuando Winnie-the-Pooh, Piglet, Owl y Tigger ven peligrar su hogar y sus vidas después de que Christopher Robin contara su existencia. Cansados de ocultarse, deciden llevar la masacre al pueblo de Ashdown, dejando tras de sí un reguero de sangre y caos”. No hay dobleces ni engaños: la sinopsis refleja exactamente lo que ofrece la película, y el espectador sabe a qué se enfrenta desde el primer minuto.
Lo que propone Frake-Waterfield no es un terror elegante ni mucho menos sugerente. Aquí no hay medias tintas: sangre a raudales, muertes imposibles y personajes convertidos en meras piezas de un tablero dispuesto para la carnicería. Es un cine para los más acérrimos amantes del género, para quienes disfrutan de lo excesivo y encuentran en esa exageración un extraño placer culpable. Los que busquen matices psicológicos o sutileza saldrán decepcionados.
Como curiosidad de producción, conviene recordar que la película se levantó con un presupuesto mínimo —apenas medio millón de dólares— y que buena parte del equipo repitió con la intención de rodar en apenas unas semanas. El rodaje en bosques británicos se realizó casi sin permisos oficiales, aprovechando la libertad creativa que les daba la entrada del personaje en dominio público. El propio director ha contado en entrevistas que algunos vecinos llegaron a llamar a la policía creyendo que estaban presenciando una auténtica masacre.
En definitiva, Winnie the Pooh: El bosque sangriento es lo que promete: un filme de terror convencional en su estructura, pero radical en su propuesta. No pretende engañar a nadie y funciona como producto de consumo rápido para un público muy concreto. Estrenada en cines de forma limitada y al mismo tiempo en plataformas, encontrará su hueco en ese espectador que disfruta con el exceso y que ya convirtió la primera entrega en objeto de culto instantáneo. Los demás, mejor abstenerse.
NOTA 5/10
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