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Director: Zach Cregger  

Guion: Zach Cregger

Reparto: Josh Brolin, Julia Garner, Cary Christopher, Alden Ehrenreich 

Austin Abrams, Benedict Wong, Amy Madigan,June Diane Raphael, Whitmer Thomas, Callie Schuttera, Toby Huss, Luke Speakma, Matthew Graff

Fotografía: Larkin Seiple  

Montaje: Joe Murphy  

Música: Ryan Holladay, Hays Holladay, Zach Cregger 

Producción: Tom Hammock 

Vestuario: Trish Sommerville  

Distribuidora: Warner 

Año: 2025

Título Original: Weapons

Estreno En España: 08/08/25

Género: Terror,  Thriller 

Duración: 128 Minutos 

ARGUMENTO 

Cuando todos los alumnos de una misma clase, salvo uno, desaparecen misteriosamente la misma noche y exactamente a la misma hora, la pequeña ciudad donde viven se pregunta quién o qué está detrás de su desaparición

CRÍTICA 

Weapons, la nueva propuesta de Zach Cregger, confirma lo que muchos intuíamos tras Barbarian: que estamos ante un cineasta con una mirada muy personal dentro del género, capaz de mezclar suspense, terror y cierta reflexión soterrada sin que ninguna de estas capas se imponga sobre la otra. Aquí, Cregger vuelve a demostrar que sabe manejar la tensión, pero además se atreve a construir un relato ambicioso, fragmentado, que exige la implicación total del espectador.

La película arranca de manera hipnótica con una voz en off. Un joven nos relata la desaparición de 17 niños de una misma clase. Solo uno, Alex, parece quedar al margen de este misterioso suceso, junto a su profesora. Pronto, las sospechas recaen sobre ella. Pero el guion, lejos de limitarse al juego de “culpable o inocente”, nos abre una puerta a algo mucho más oscuro, algo que, como espectadores, no alcanzamos a comprender del todo hasta bien entrada la narración.

Cregger estructura Weapons en seis segmentos diferenciados —Justine, Archer, Alex, James, Paul y Marcus—, cada uno con su propio punto de vista. Es un mecanismo narrativo heredero del Rashomon de Kurosawa, recurso que en los últimos años se ha usado hasta la saciedad, pero que aquí adquiere una precisión quirúrgica. No es solo repetir un mismo hecho desde perspectivas distintas; es revelar detalles, contradicciones y silencios que obligan a replantear constantemente lo que creemos saber. Esa fragmentación, bien dosificada, añade capas de ambigüedad y mantiene la tensión incluso en los pasajes más contenidos.

En lo visual, la película es impecable. La fotografía oscila entre lo opresivo y lo sugerente, con encuadres que transmiten amenaza incluso en escenas aparentemente cotidianas. Cregger, que conoce al dedillo el género, salpica la puesta en escena con guiños a títulos del fantástico y del terror —referencias que los más cinéfilos reconocerán con una sonrisa—, pero sin que la película se convierta en un mero catálogo de homenajes. Todo está al servicio de una atmósfera que crece, que se densifica a medida que avanzan los minutos.

Es cierto que el arranque puede resultar moroso. Cregger se toma su tiempo para establecer el tono, presentar a sus personajes y preparar el terreno. Algunos espectadores podrían impacientarse, pero la recompensa llega: una vez que la maquinaria narrativa arranca de verdad, el pulso no decae y el corazón del espectador se acelera hasta el desenlace. Un desenlace que, conviene decirlo, no ata todos los cabos. 

Quedan preguntas sin respuesta, vacíos que cada uno tendrá que llenar con sus propias teorías. Es un riesgo que puede dejar a algunos con la sensación de incompletitud, pero que también prolonga la vida del filme en nuestra memoria.

En definitiva, Weapons es un ejercicio de suspense y terror inteligente, con una estructura compleja y un envoltorio visual magnífico. Cregger se confirma como un narrador que disfruta jugando con el público, retándolo, obligándolo a mirar donde no quiere mirar. No es solo un thriller inquietante; es también un recordatorio de que el terror, cuando está bien trabajado, no depende del susto fácil, sino de esa incomodidad que se instala dentro y no nos abandona cuando se encienden las luces de la sala.

NOTA 7/10