Dirección: Nicolás Postiglione.
Guion: Paola Campos, Bernardita Olmedo,Nicolás Postiglione.
Reparto: Catrin Striebeck.,Fernanda Finsterbusch,Tilo Werner.Teodoro Bustos
Música: Paulo Gallo
Fotografía Benjamín Echazarreta
Distribuidora: Sin distribución en España
Año: 2025
Título Original Todos Los Males
Estreno En España:12/10/25 Estreno En el Festival de Sitges
Género; Drama Thriller
Duración; 97 Minutos
ARGUMENTO
Después de perder a su madre, Dániel Riedel, un joven de 13 años, encuentra refugio en el hogar de su familia alemana en el sur de Chile. Bajo el cuidado de su tía Dorothea y sus aparentemente ejemplares hijos, Hermann y Hilda, se descubre que la llegada de Dániel provoca cambios emocionales en la familia, que sigue estrictas tradiciones alemanas y está apegada a su religión. La tarea de educar al joven Dániel se complica cuando él desarrolla una conexión con Ema, una trabajadora del campo. Dorothea intenta separarlos, pero sus hijos malinterpretan sus intenciones y, en una fiesta, ridiculizan a Ema, provocando su desaparición en el campo. Esta situación desencadena una búsqueda que expone los actos corruptos dentro de la familia Riedel. Y a pesar de sus intentos por encubrir la verdad, la perversión en sus acciones desata la ira de Dánie
CRÍTICA
Hay películas que, sin necesidad de grandes estridencias, saben jugar con el espectador desde el primer minuto. Todos los males, el nuevo trabajo del chileno Nicolás Postiglione, es una de ellas. Un drama con ecos de thriller victoriano, de atmósfera enrarecida y elegante factura visual, que se sumerge en los rincones más oscuros de la moral y la hipocresía de una familia marcada por el peso de la tradición y la religión.
La historia, ambientada en el sur de Chile en los años cincuenta, parte del traslado de Dániel, un joven que, tras la muerte de su madre, es acogido por unos parientes alemanes de rígidas costumbres. A medida que el chico se adapta a ese entorno opresivo, comienzan a aflorar tensiones y secretos que hablan tanto de la represión social como de la lucha de clases y de la humillación que sufren los más débiles. Lo que empieza como un drama familiar se va transformando lentamente en un relato casi de terror psicológico, donde el mal no proviene de lo sobrenatural, sino de lo humano
Postiglione demuestra una vez más su talento para manejar el tono y la atmósfera. Con la fotografía de Benjamín Echazarreta, llena de claroscuros y nieblas, y la música inquietante de Paulo Gallo, el director construye una sensación constante de amenaza. Cada plano parece esconder algo detrás, cada gesto o silencio sirve para tensar la cuerda un poco más. La película transita con acierto entre el drama, el suspense y el horror, sin perder nunca el interés ni caer en el exceso.
En el apartado interpretativo, destacan Catrin Striebeck y Fernanda Finsterbusch, quienes aportan una intensidad contenida que encaja perfectamente con ese universo de apariencias y represión. La dirección de actores es minuciosa: nada está dejado al azar, cada mirada tiene un peso dramático
Durante el rodaje, según contó el propio Postiglione en Sitges, parte del equipo trabajó en una antigua hacienda del sur chileno que llevaba años abandonada. El ambiente húmedo, el frío y la sensación de aislamiento fueron tan reales que el propio director afirmó que “no hizo falta mucho para que el terror se colara por las rendijas del decorado”. Tal vez ahí radica parte de la fuerza visual y emocional del filme: en esa mezcla entre el rigor histórico y la inquietud casi palpable que se respira en cada escena.
Todos los males dejó una grata impresión en el Festival de Sitges, donde fue recibida como una propuesta sólida y madura, capaz de moverse entre géneros con naturalidad y coherencia. No es una película complaciente, pero sí una que invita a la reflexión: sobre la obediencia ciega, la violencia estructural y el precio del silencio
En definitiva, estamos ante un filme que, sin reinventar el género, sabe usar sus herramientas con inteligencia. Un relato sombrío, elegante y perturbador que confirma a Nicolás Postiglione como una de las voces más interesantes del nuevo cine chileno. Una obra que deja poso, que incomoda y que, sobre todo, nos recuerda que los verdaderos males casi siempre habitan dentro de nosotros mismos
NOTA 6,5/10
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