Dentro de ese caleidoscopio emocional que es Daisies of the Galaxy, “Tiger in My Tank” emerge como una de esas pequeñas joyas que Mark Oliver Everett —E, para los habituales— coloca casi sin pretensiones, pero que terminan adheridas a la memoria como si formaran parte de tu propia banda sonora vital. Es una canción pegadiza, ágil y luminosa, con ese ritmo juguetón marca de la casa, capaz de levantarte el ánimo incluso en sus giros más irónicos. Desde la primera escucha ya late la sensación de que E ha conseguido otra de esas piezas inclasificables que solo él podría firmar: pop, folk, garage y un toque de surrealismo emocional… todo mezclado sin pedir permiso
Dentro de ese caleidoscopio emocional que es Daisies of the Galaxy, “Tiger in My Tank” emerge como una de esas pequeñas joyas que Mark Oliver Everett —E, para los habituales— coloca casi sin pretensiones, pero que terminan adheridas a la memoria como si formaran parte de tu propia banda sonora vital. Es una canción pegadiza, ágil y luminosa, con ese ritmo juguetón marca de la casa, capaz de levantarte el ánimo incluso en sus giros más irónicos. Desde la primera escucha ya late la sensación de que E ha conseguido otra de esas piezas inclasificables que solo él podría firmar: pop, folk, garage y un toque de surrealismo emocional… todo mezclado sin pedir permiso
Musicalmente, “Tiger in My Tank” se articula como un pequeño estallido de energía controlada.
Guitarras nerviosas, base rítmica precisa y un E juguetón, casi picaresco, que parece divertirse con cada fraseo. Es esa pulsión tan suya: hablar de cosas aparentemente sencillas mientras debajo palpita una corriente de melancolía doméstica. La canción funciona como un chute de vitamina musical, un recordatorio de que la sencillez, cuando se hace con talento, golpea más fuerte que cualquier artificio.
En el marco del álbum, sirve como contrapunto alegre a los momentos más íntimos y vulnerables de Daisies of the Galaxy. Un disco que nació en un contexto emocional complicado para E, pero que acabó convirtiéndose en uno de sus trabajos más accesibles y cálidos. La ligereza de “Tiger in My Tank” no es banalidad; es resistencia. Es esa sonrisa que se dibuja justo después de sobrevivir a la tormenta
Durante la grabación de Daisies of the Galaxy, E se obsesionó con conseguir un “tono casero y frágil”, pero sin que el disco perdiera ese punto juguetón. En varias entrevistas ha contado que algunos temas —incluido “Tiger in My Tank”— se grabaron en su propia casa, y que muchos instrumentos se registraron usando micrófonos deliberadamente baratos para capturar imperfecciones que aportaran autenticidad.
Una de las anécdotas más simpáticas es que el sonido de percusión ligero en algunos pasajes proviene de golpeteos improvisados en muebles del salón, porque E quería algo “más humano que una batería normal”. Ese tipo de pequeños gestos son los que terminan definiendo el carácter tan cercano del álbum.
“Tiger in My Tank” es un ejemplo perfecto del talento inclasificable de Eels: una canción pequeña en apariencia, enorme en espíritu, que se te instala en el cerebro sin pedir permiso. Un tema que reafirma, una vez más, que el universo de E es tan impredecible como fascinante.
LETRA
I bought some rock star ashes
From the back of rolling stone
I guess he wouldn't mind it
They couldn't sell his soul
The tiger in my tank
Is going to go extinct
And i'm not feeling so good myself
I think i'm on the brink of disaster
I had a dream last night
The tv and the phone
Grew some legs and took a walk
And left me all alone
The tiger in my tank
Is going to go extinct
And i'm not feeling so good myself
I think i'm on the brink of disaster
When i grow up i'll be
An angry little whore
I'll give you all the finger
I'll sell you all what for
VIDEO
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