Director William Oldroyd
Guion Ottessa Moshfegh & Luke Goebel Basada en Novela Eileen (2015) de Ottessa Moshfegh
Reparto: Thomasin McKenzie, Anne Hathaway, Owen Teague, Siobhan Fallon, Marin Ireland, Shea Whigham, Lauren Yaffe, Tonye Patano
Música Richard Reed Parry
Fotografía Ari Wegner
Montaje Nick Emerson
Productoras Fifth Season; Film4; Likely Story; Omniscient Films
Distribuidora: Universal.
Año: 2023
Título Original: Eileen
Estreno En España: 10/09/25 en plataformas Movistar Plus
Género: Drama, Thriller
Duración; 98 Minutos
ARGUMENTO
En el helado Boston de los años sesenta, Eileen Dunlop (Thomasin McKenzie) vive atrapada entre un hogar turbulento con su padre alcohólico y su trabajo rutinario en una prisión para jóvenes. Su vida cambia cuando Rebecca (Anne Hathaway), una mujer glamurosa y culta, se incorpora al personal penitenciario. Atraída por la personalidad de Rebecca y la promesa de algo distinto, Eileen pronto se ve envuelta en una amistad intensa que la lleva, de modo inesperado, a implicarse en un crimen estremecedor que amenaza con alterar para siempre su realidad.
CRÍTICA
William Oldroyd, aquel director británico que sorprendió hace unos años con Lady Macbeth, regresa al terreno del thriller psicológico con Mi nombre era Eileen, adaptación de la novela de Ottessa Moshfegh. Y lo hace con un estilo que respira cine negro en cada plano, con esa sensación de intriga contenida que poco a poco va atrapando al espectador hasta conducirlo a un desenlace que parece salido de la pluma de Patricia Highsmith.
La historia nos sitúa en el gélido Boston de los años sesenta. Allí encontramos a Eileen (Thomasin McKenzie), una joven introvertida que trabaja en una prisión para menores mientras lidia con la pesada carga de un padre alcohólico. Su mundo rutinario cambia de golpe cuando aparece Rebecca (Anne Hathaway), una psicóloga sofisticada y misteriosa que ejerce sobre ella una atracción tan irresistible como peligrosa. La amistad entre ambas se convierte en un torbellino emocional que desemboca en situaciones inesperadas, capaz de alterar para siempre la anodina vida de Eileen
La película, como la novela en la que se basa, no es uniforme. Hay momentos en los que se detiene demasiado en su atmósfera helada y oscura, ralentizando el ritmo, pero pronto vuelve a coger fuerza gracias a la tensión latente entre sus dos protagonistas. Y es precisamente ahí donde la cinta se eleva: McKenzie y Hathaway están espléndidas, ofreciendo un juego de seducción y desconfianza que mantiene la atención incluso en sus tramos más pausados. Su química sostiene el relato y hace olvidar algunos altibajos narrativos.
En lo visual, Oldroyd se apoya en la fotografía de Ari Wegner, que logra dotar de una textura casi enfermiza a los paisajes nevados y a los interiores asfixiantes de la prisión. La música de Richard Reed Parry subraya con elegancia ese aire malsano que envuelve a la historia, evitando subrayados excesivos y manteniéndose en un segundo plano perturbador
Como curiosidad, conviene recordar que Oldroyd y Wegner ya habían trabajado juntos en Lady Macbeth, donde forjaron un estilo muy particular de composición y uso de la luz natural. Esa complicidad se nota en Eileen, donde cada encuadre parece medido para transmitir incomodidad y tensión emocional. Además, la propia autora de la novela, Ottessa Moshfegh, firma el guion junto a Luke Goebel, lo que aporta al filme un grado extra de fidelidad al tono literario original.
Mi nombre era Eileen es, en definitiva, una obra con irregularidades, sí, pero que atrapa gracias a su atmósfera turbia, su progresiva sensación de inquietud y, sobre todo, al extraordinario duelo interpretativo entre Hathaway y McKenzie. Un thriller psicológico con aroma a clásico que deja un poso inquietante y confirma que Oldroyd es un cineasta al que no hay que perderle la pista.
NOTA 6 5/10
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