Guion: Matthew Stuecken, Josh Campbell (Basado en el guion original de John Woo)
Reparto: Nathalie Emmanuel, Omar Sy, Sam Worthington, Diana Silvers, Sho Kosugi
Fotografía: Ben Seresin
Montaje: Zach Staenberg
Música: Marco Beltrami
Distribuidora: Universal
Año: 2024
Título Original: The Killer
Estreno En España: 21/06/24 En plataformas SkyShowtime y Movistar +
Género: Acción Thriller.
Duración: 120 Minutos
ARGUMENTO
The Killer sigue a Zee, una misteriosa e infame asesina conocida, y temida, en los bajos fondos parisinos como la Reina de los Muertos. Pero cuando durante un encargo de su sombrío mentor y controlador, Zee se niega a matar a una joven ciega en un club nocturno de París, la decisión desintegrará las alianzas de Zee, atraerá la atención de un avispado investigador policial y la sumergirá en una siniestra conspiración criminal que la pondrá en rumbo de colisión con su propio pasado.
CRÍTICA
En 2024, John Woo regresa a su propia leyenda. El cineasta hongkonés se atreve a revisitar The Killer, la película que en 1989 lo elevó a los altares del cine de acción con estilo. Pero en esta ocasión, el resultado dista mucho de la potencia emocional y visual de aquel clásico. Con una inversión de roles —ahora es Nathalie Emmanuel quien porta la pistola y el tormento, mientras que Omar Sy encarna al policía que la persigue—, The Killer versión 2024 apunta alto pero se queda a medio camino.
La historia nos presenta a Zee (Emmanuel), una asesina a sueldo que se ve involucrada accidentalmente en la ceguera de una joven inocente. Movida por la culpa, decide protegerla a cualquier precio, lo que la enfrenta a su propio pasado y a una imparable cadena de violencia. En paralelo, Akar (Sy), un agente con férreos principios, se obsesiona con atraparla mientras descubre que las cosas no son tan blancas o negras como parecen. Hasta aquí, todo suena conocido. Y ese es, precisamente, el problema.
La The Killer original era un cóctel de poesía visual, balas coreografiadas con precisión casi balética, y una melancolía que atravesaba a sus personajes. En esta revisión, Woo se decanta más por el espectáculo y menos por la lírica. Es cierto que las escenas de acción no escasean —hay persecuciones a pie, tiroteos en interiores, peleas cuerpo a cuerpo— y la cámara sigue siendo dinámica y elegante en algunos tramos, pero la carga emocional es mucho más superficial. Donde antes había tragedia, aquí hay mecánica.
Nathalie Emmanuel sale bastante airosa del reto. Tiene presencia, sabe transmitir vulnerabilidad y es creíble en el apartado físico. Pero el guion no le da suficientes matices como para hacer de su personaje alguien memorable. Omar Sy, por su parte, pone carisma y gravedad, aunque su rol está demasiado atado a los clichés del policía con código ético. Ambos actores hacen lo que pueden con un libreto que no acaba de confiar en el subtexto.
La dirección de Woo tiene destellos, pero también fatiga. A sus 77 años, se nota que sigue teniendo pulso para el ritmo y el encuadre, pero también que ha perdido parte de esa capacidad para insuflar alma a las explosiones. Esta The Killer es entretenida, sí, y en algunos momentos incluso eficaz, pero le falta el corazón herido de su predecesora. Donde antes había un lamento operístico, ahora hay un eco vacío de lo que fue.
Quizá lo más interesante sea pensar en por qué Woo ha querido volver aquí. ¿Nostalgia? ¿Rectificación? ¿Demostrar que aún puede hacerlo? Sea como sea, este remake se queda más cerca del producto funcional que de la película de culto. Se deja ver, pero no deja huella
NOTA 6/10
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