jueves, 27 de marzo de 2025

STING , ARAÑA ASESINA

Dirección: Kiah Roache-Turner
Guion: Kiah Roache-Turner
Producción: Jamie Hilton, Michael Pontin
Productora: See Pictures, Pictures in Paradise
Música: Anna Drubich
Fotografía: Brad Shield
Montaje: Drew Thompson
Diseño de producción: Nicholas Dare
Distribuidora: Diamond Films 
Año: 2024
Título Original: Sting
Estreno En España: 28/03/25
Género: Terror,  Thriller 
Dirección: 98 Minutos 

ARGUMENTO 
Charlotte, una rebelde niña de 12 años, adopta a una pequeña araña como mascota que encuentra en su ruinoso edificio. Esta empieza a adquirir un tamaño gigantesco y su apetito es cada vez más insaciable. Es entonces cuando Charlotte y su familia se ven atrapados y obligados a luchar por su supervivencia.

CRÍTICA 
Hay algo profundamente nostálgico y juguetón en Sting: Araña Asesina, la nueva película del australiano Kiah Roache-Turner (Wyrmwood), que nos remite sin tapujos a ese cine de criaturas que pobló los videoclubs de los 80 y 90. Es un título que no se esconde: hay una araña, es grande, crece de forma descontrolada y, sí, asesina. El envoltorio es el de un thriller con tintes de survival horror, pero el alma está teñida de humor negro

Ambientada casi íntegramente en un decadente edificio neoyorquino (aunque filmado en Australia), la historia gira en torno a Charlotte, una niña solitaria que encuentra una pequeña araña que resulta ser mucho más de lo que parece. Lo que empieza como un inocente vínculo entre mascota y dueña se convierte en una pesadilla arácnida que va escalando en intensidad (y en hemoglobina). El director apuesta por un desarrollo contenido y, en cierto modo, teatral, que recuerda a producciones como Gremlins o Arachnophobia, pero desde una óptica más gamberra y menos refinada.
La criatura, diseñada con un efectivo trabajo de efectos prácticos y CGI, es sin duda el mayor atractivo del film. Su evolución es tan grotesca como fascinante, y Roache-Turner se divierte al mostrarla acechando desde rincones oscuros y grietas imposibles. El problema está en el guion: previsible en su estructura, con personajes arquetípicos que apenas se desarrollan y un clímax que se adivina desde el primer acto. No hay giros sorprendentes ni una lectura que trascienda el espectáculo.

Alyla Browne carga con el peso emocional del relato y lo hace con solvencia, aunque es el tono general —entre lo cómico y lo macabro— lo que da a Sting su identidad. Se nota la intención de homenajear a un tipo de cine ya casi extinto, donde el ingenio suplía la falta de medios y el entretenimiento era la prioridad absoluta. En ese sentido, cumple con creces.
Sting: Araña Asesina es una película modesta pero honesta, pensada para disfrutar con palomitas y sin muchas exigencias. Acierta en su criatura, falla en la originalidad, pero nunca aburre. Kiah Roache-Turner entrega un pasatiempo sangriento, simpático y muy consciente de sus limitaciones. Ideal para fans del cine de monstruos de serie B... aunque más de uno deseará mirar debajo de la cama antes de dormir.


NOTA 6/10

AUDIO DE LA CLAQUETA CRÍTICA DE STING; ARAÑA ASESINA


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