Con Fryday (I’m Gonna Love You), The Lemon Twigs vuelven a demostrar que su máquina del tiempo sonora sigue en perfecto estado de funcionamiento. El dúo neoyorkino firma un adelanto irresistible de su próximo disco, un caramelo pop con aroma psicodélico, empapado de ese espíritu sesentero que tanto les gusta reivindicar y que, una vez más, manejan con una elegancia que muchos grupos actuales solo pueden envidiar.
Con Fryday (I’m Gonna Love You), The Lemon Twigs vuelven a demostrar que su máquina del tiempo sonora sigue en perfecto estado de funcionamiento. El dúo neoyorkino firma un adelanto irresistible de su próximo disco, un caramelo pop con aroma psicodélico, empapado de ese espíritu sesentero que tanto les gusta reivindicar y que, una vez más, manejan con una elegancia que muchos grupos actuales solo pueden envidiar.
La canción arranca con esa mezcla tan suya de guitarras crujientes y armonías vocales que remiten inevitablemente a The Beach Boys o a los primeros The Kinks, pero sin caer jamás en la simple imitación. Todo fluye con naturalidad, con un ritmo que invita tanto al movimiento como a la sonrisa cómplice del oyente que reconoce en The Lemon Twigs a unos auténticos guardianes de la melodía pop clásica. Es pegadiza, radiante y tremendamente disfrutable: un pequeño chute de energía vintage perfectamente empaquetado para los tiempos modernos.
En su letra y en su estructura hay una especie de celebración juvenil, de amor despreocupado de fin de semana, que encaja muy bien con su espíritu siempre juguetón. Y es que los hermanos D’Addario parecen divertirse más que nunca en la grabación. De hecho, cuentan que este tema nació casi como una broma interna: lo compusieron en apenas una tarde después de obsesionarse con la idea de hacer “la canción más viernes posible”, y la grabaron manteniendo muchos de los arreglos improvisados de la maqueta original. Incluso han comentado que algunos coros finales se registraron de madrugada mientras ajustaban luces y cables en el estudio, dando a la pista ese toque ligeramente desenfadado y espontáneo que se percibe nada más escucharla.
A estas alturas, y con los dos adelantos ya publicados, no es arriesgado afirmar que el próximo álbum de The Lemon Twigs tiene toda la pinta de convertirse en uno de los discos del año. Fryday (I’m Gonna Love You) lo confirma: un single brillante, contagioso y exquisitamente producido, que hará las delicias de los seguidores del dúo y reforzará aún más la sensación de que estamos ante unos artesanos del pop que saben exactamente de dónde vienen… y hacia dónde quieren llevarnos.Una auténtica delicia para amantes del pop atemporal
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