miércoles, 3 de diciembre de 2025

EL DESCENDIENTE

Dirección: Peter Cilella. 
Guion: Peter Cilella
Reparto: Ross Marquand; Sarah Bolger; Charlene Amoia; Susan Wilder; Dan O'Brien; Alexandra Barreto; Clare Cooney; Andre Hyland; Aisha Kabia; Ramiz Monsef; Brendan O'Brien; Emily Pendergast
Fotografía: Alexander Chinnici. 
Montaje: Jordan Goldstein. 
Música: Tyler Strickland. 
ProductoraRustic Films
Distribuidora: YouPlanet. 
Año; 2025
Título Original: Desxendent
Espero En España  13/10/25 en el Festival de Sitges 
Género: Drama ciencia ficción 
Duración: 93 Minutos 

ARGUMENTO 
«Sean Bruner, un guardia escolar de Los Ángeles marcado por un trauma familiar, comienza a experimentar visiones extrañas tras presenciar un misterioso haz de luz en el cielo durante un turno nocturno. Con su primer hijo a punto de nacer, Sean despierta en el hospital con la inquietante habilidad de dibujar vívidas imágenes de extraterrestres y paisajes desérticos; a medida que las visiones aumentan, debe enfrentarse a sus demonios antes de que su obsesión ponga en peligro su cordura y a su familia.» — (sinopsis usada por la distribuidora en materiales de prensa y descripciones oficiales del tráiler).

CRÍTICA 
El Descendiente, la nueva propuesta de Peter Cilella, llega a Sitges con la intención de sumergirnos en un relato de ciencia ficción íntima, casi minimalista, que juega con las visiones, los traumas y las posibles abducciones. La premisa,—ese guardia nocturno que, tras presenciar un haz de luz en el cielo, empieza a tener visiones y a dibujar sin control paisajes extraterrestres— prometía un descenso psicológico interesante. Pero lamentablemente la película se queda en eso: en una promesa que nunca llega a cumplirse.

Desde sus primeros compases, El Descendiente muestra señales de flaqueza narrativa. Su arranque, que debería atrapar, se queda en una sucesión de escenas previsibles, sin misterio real ni tensión. Y lo peor es que esta sensación se mantiene durante todo el metraje. Cilella intenta construir una atmósfera inquietante, pero lo que consigue es un filme que avanza sin ritmo, sin alma y sin ninguna aportación relevante al género. Cuando el propio relato pide a gritos una evolución más arriesgada, la película opta por permanecer en terreno seguro, repitiendo fórmulas ya vistas y sin aportar un punto de vista propio.

La reacción del público en el Festival de Sitges es el mejor termómetro: indiferencia absoluta. Y eso, en Sitges, donde cada pase suele generar debates encendidos —para bien o para mal— es una señal clara de que la película no ha conectado. No hubo división, no hubo polémica, no hubo entusiasmo. Solo un “ni frío ni calor” que deja a El Descendiente en tierra de nadie. Y quizá ese sea su mayor problema: no molesta, pero tampoco interesa.

Las interpretaciones, encabezadas por Ross Marquand, intentan sostener un material que no les da mucho margen. Marquand cumple, pero no hay suficiente profundidad emocional para que su personaje, atormentado por traumas y visiones, resulte realmente fascinante. El resto del reparto navega igualmente en una historia que nunca termina de despegar, ni como drama, ni como thriller, ni como película de ciencia ficción.

Durante el rodaje, parte del equipo comentó en entrevistas que Cilella se obsesionó con que las escenas nocturnas tuvieran el menor uso posible de luz artificial, buscando un “realismo absoluto” que encajara con la experiencia subjetiva del protagonista. El resultado, sin embargo, juega en contra: demasiadas secuencias quedan planas, sin atmósfera y sin esa textura visual que podría haber servido para reforzar el elemento fantástico del relato. También trascendió que varios de los dibujos “alienígenas” que aparecen en la película fueron elaborados por el propio Ross Marquand entre toma y toma, un pequeño gesto creativo que, curiosamente, tiene más personalidad que la propia puesta en escena del filme.

En definitiva, El Descendiente es una obra que se queda a medio camino de todo lo que insinúa. Un título que, en un festival como Sitges, debería haber generado conversación y acaba diluyéndose entre propuestas mucho más atrevidas. Un filme correcto en lo técnico, pero incapaz de emocionar, sorprender o inquietar. Y en un género que exige reinventarse constantemente, la indiferencia es, sin duda, el peor destino posible.

NOTA 3,5/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.