Dirección:: .Valentin Soule
Guion: Valentin Soulet
Reparto; Ding Yan,Michaël Louchart.
Decorados: Romain Villers.
Música: Vladimir Pouradier Duteil.
Fotografía Matthieu Fabbri.
Montaje: Matthieu Jamet.
Distribuidora: Shadowz
Año; 2022
Título Original: Babel Le dernier matin du jour
Estreno En España En plataformas Shadowz 8/05/24
Genero: Ciencia Ficción, Thriller
Duración:20 Minutos
ARGUMENTO
Solo en el espacio, un astronauta sobrevive en órbita alrededor de una Tierra desierta. Le llegan mensajes en una lengua que no entiende y todos sus intentos de comunicarse con el resto del mundo fracasan. La posibilidad de acoplarse a una estación espacial le ofrece la oportunidad de buscar nuevas fuentes de oxígeno —un recurso que se ha vuelto escaso—. Mientras recorre la estación llamada Bab-L, se enfrentará a aquello que está en vías de extinción: el diálogo, la comunicación.
CRÍTICA
Valentin Soulet propone en Babel una historia mínima, casi desnuda, como no podía ser de otra manera en un mediometraje que apuesta por la intimidad, por los silencios y por el desasosiego que acompaña a quien lucha por sobrevivir en un mundo que parece haber renunciado a la comunicación. El director francés construye un relato sobrio donde el suspense y los toques dramáticos conviven con naturalidad, sin grandes artificios, pero con la convicción de quien sabe que a veces basta una premisa clara para mantener al espectador dentro de la órbita emocional de la película.
Un astronauta vaga en soledad alrededor de una Tierra desierta, recibiendo mensajes en un idioma que no comprende. Una estación espacial, la Bab-L, se convierte en su única posibilidad de encontrar oxígeno, de seguir respirando, quizá también de encontrar algún signo de vida. Esa búsqueda —física, pero también profundamente humana— vertebra un mediometraje que, sin necesidad de grandilocuencia, sabe jugar muy bien con la austeridad de su propuesta.
Soulet maneja la atmósfera con acierto y demuestra que la ciencia ficción no siempre necesita millones
para resultar creíble. La fotografía de Matthieu Fabbri aporta ese grano metálico y casi táctil que sitúa al espectador dentro de las estructuras abandonadas de la estación, mientras que el diseño sonoro —tan importante en un filme donde la palabra escasea— amplifica la sensación de aislamiento. En más de un momento, Babel recuerda a esos relatos de supervivencia espacial de vieja escuela, donde lo esencial no es el dispositivo tecnológico sino el ser humano que intenta no desmoronarse.
Y es precisamente ahí donde el mediometraje funciona mejor: en la tensión íntima del protagonista, construido desde la mirada, desde la respiración dificultosa y la fragilidad que dejan entrever los planos cerrados. Es un filme que se deja ver bastante bien, consciente de sus límites y de sus virtudes, y que ofrece una agradable mezcla de suspense y melancolía sin caer en el efectismo.
Una buena parte de las secuencias interiores de la estación Bab-L se realizaron en espacios industriales reales, adaptados con elementos reciclados de antiguas producciones regionales. Según contaron en su circuito de festivales, Soulet insistió en que la mayoría de los sonidos mecánicos provinieran de grabaciones directas hechas durante el rodaje, sin recurrir a bibliotecas digitales, para mantener esa sensación orgánica y claustrofóbica que impregna toda la obra.
En definitiva, Babel es un mediometraje honesto que apuesta por la sencillez narrativa y la eficacia visual. No pretende reinventar el género, pero sí ofrece una experiencia sobria, inquietante y, en ciertos momentos, incluso emotiva. Un pequeño ejercicio de supervivencia y comunicación fallida que confirma que, a veces, los relatos más contenidos son los que mejor resuenan
NOTA: 5,5/19.
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