Dirección: Lee Tamahori
Guion: Lee Tamahori, Michael Bennett, Shane Danielsen
Reparto: Guy Pearce, Tioreore Ngatai-Melbourne, Antonio Te Maioha, Jacqueline McKenzie, Dean O’Gorman, Lawrence Makoare
Fotografía: Ginny Loane
Música: Matteo Zingales
Montaje: Allanah Bazzard
Distribuidora: Divisa
Año: 2023
Título Original: The Convert.
Estreno En España: 04/06/25 en Plataformas MOVISTAR +
Género:Drama, Acción
Duración:119 Minutos
ARGUMENTO
Un predicador laico llega a un asentamiento británico en la década de 1830. Su violento pasado pronto se cuestiona y su fe se pone a prueba, ya que se encuentra atrapado en medio de una sangrienta guerra entre tribus maoríes
CRÍTICA
En ocasiones, el cine se convierte en una puerta al pasado, no tanto para contarnos la Historia con mayúsculas, sino para explorar las fisuras del alma humana a través de los pliegues de la cultura, la violencia y la fe. The Convert, la nueva propuesta de Lee Tamahori, es uno de esos filmes que, sin hacer ruido, se instalan con firmeza en la memoria del espectador. Un drama sobrio y de marcada estética naturalista que nos habla del conflicto –externo e interno– en una tierra que aún se debatía entre la tradición y la colonización. Tras su paso por rl festival de Sitges de 2023 llega a la pequeña pantalla de la mano de Movistar Plus
Guy Pearce se mete en la piel de Thomas Munro, un predicador con un pasado incierto que llega a un asentamiento británico enclavado en la todavía salvaje costa de Nueva Zelanda. Su presencia, aparentemente destinada a apaciguar ánimos y llevar consuelo espiritual, pronto se verá absorbida por la violencia larvada entre dos tribus maoríes que libran su propia guerra, lejos de la mirada del Imperio. Tamahori no necesita mucho para sumergirnos en este universo tenso y polvoriento: bastan unos silencios largos, unos planos abiertos de naturaleza indómita y una fotografía que se recrea en la niebla y el barro para anunciar que aquí nada es sencillo
Desde el arranque, The Convert deja claro que no está dispuesta a ceder a la inmediatez. Su ritmo pausado –a ratos excesivo, es cierto– puede exigir paciencia, pero también permite que los conflictos morales de sus personajes se desarrollen con autenticidad. Munro no es un héroe de manual, sino un hombre marcado por su pasado, enfrentado no solo a las luchas tribales, sino también a su propia necesidad de redención. Y es en ese terreno donde Tamahori se mueve con mayor seguridad: en los grises del alma, en la violencia que nace tanto del resentimiento como del miedo.
La película gana enteros cuando se zambulle en el universo maorí sin caer en la exotización fácil. Hay respeto por la cultura, por su estructura social, por la belleza áspera de sus ceremonias y por el peso de la tradición. Personajes como Rangimai, interpretada con aplomo por Tioreore Ngatai-Melbourne, encarnan esa lucha entre el orgullo tribal y la posibilidad –remota, incierta– del entendimiento.
La cámara de Ginny Loane, sobria y precisa, apuesta por planos abiertos que respiran y por una paleta de colores apagados, en sintonía con el tono elegíaco del relato. La partitura de John Psathas subraya sin estridencias, más centrada en acompañar que en protagonizar. Y todo el conjunto respira una contención que se agradece en tiempos de exceso.
Sin embargo, The Convert no está exenta de debilidades. Su tempo narrativo, especialmente en su segundo acto, puede desconectar a quien espere un drama histórico de corte clásico. Hay momentos en los que da la sensación de que Tamahori estira escenas más de lo necesario, como si desconfiara de su propio material dramático. Pero pese a esas caídas, la película siempre logra recuperar el pulso gracias a la fuerza de sus personajes y a la honestidad de su propuesta.
En definitiva, The Convert es una obra densa, imperfecta pero sugerente, que habla más desde la emoción contenida que desde el espectáculo. Tamahori regresa a su tierra para contar una historia profundamente local, pero con resonancias universales. Y lo hace con madurez, con respeto y con la mirada limpia. Una película que pide al espectador que escuche más que mire, que sienta más que juzgue. Y cuando uno accede a esa propuesta, lo que recibe a cambio es cine del que permanece.
NOTA 6,5/10
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