Dirección: Davi Pretto
Guion: Davi Pretto, Melanie D’Haese
Reparto: Isabél Zuaa, Cesar Troncoso, Maria Galant, Ezequiel Ferreira, Felipe de Oliveira
Fotografía: Bruno Risas
Montaje: Rodrigo Luna
Producción: Vulcana Cinema (Brasil), 4A4 Productions (Bélgica), Dublin Films (Francia), Prisma Cine (Argentina)
Distribuidora: Filmin
Año:2024
Título Original: Continente
Estreno En España: 06/06/25 en plataformas Filmin
Género: Drama, Terror
Duración 115 Minutos
ARGUMENTO
Una joven regresa a un aislado pueblo en el sur de Brasil tras 15 años viviendo en el extranjero porque su padre, un poderoso terrateniente, está muriendo. Mientras ella debe hacerse cargo de un legado más pesado de lo que parece, la única médica local lucha por proteger a los habitantes de un misterioso y peligroso pacto.
CRÍTICA
Con Continente, el brasileño Davi Pretto se adentra en el folk horror desde una perspectiva íntima y política, alejada de los clichés del género para construir una obra seca, de resonancias telúricas, donde lo perturbador no surge de lo sobrenatural sino de la ominosa presencia de lo no dicho. Sin embargo, esa misma apuesta formal por la contención, la lentitud casi ceremonial y la aridez emocional convierte a la película en una experiencia tan árida como el paisaje que retrata.
Pretto, que ya había mostrado en anteriores trabajos su interés por los márgenes del Brasil profundo, nos sitúa en una zona rural devastada por una especie de aislamiento estructural, donde el Estado ha dejado de existir y la violencia se cuece a fuego lento bajo la aparente inmovilidad de los días. La historia gira en torno a un personaje que regresa a una tierra inhóspita, entre límites fronterizos y silencios heredados, con el eco constante de una violencia soterrada y simbólica. No hay sustos, ni giros, ni clímax al uso. Aquí el horror es geográfico, social, incluso histórico.
El problema de Continente no radica en su propuesta, ni en su planteamiento artístico, sino en su ejecución narrativa. Pretto parece querer hipnotizar al espectador, pero su cadencia extrema —más contemplativa que reflexiva— termina ahuyentando incluso al más paciente. A pesar de una fotografía notable que convierte cada plano en una postal inquietante del abandono, y de una protagonista que se esfuerza en sostener el peso dramático con silencios y miradas, la película no consigue enganchar. Uno entra, pero rara vez permanece.
El film tiene hallazgos: la manera en que la naturaleza parece devorar lo humano, el uso casi simbólico de la frontera como espacio de exclusión, o la latencia del conflicto sin necesidad de nombrarlo. Sin embargo, todo se diluye en una puesta en escena excesivamente hermética, que exige mucho más de lo que ofrece a cambio.
Como ejercicio de estilo, Continente tiene el valor de la coherencia. Como experiencia cinematográfica, se queda en un cine que quiere decir mucho, pero termina diciendo poco, o al menos no logra que nos importe lo que tiene que decir. Y ese, sin duda, es su mayor problema
Continente es un ejercicio formal tan riguroso como distante. Continente camina con paso firme hacia un territorio que resulta visualmente fascinante, pero emocionalmente estéril. Una propuesta que interesa más sobre el papel que en pantalla
NOTA 4,5/10
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