lunes, 19 de mayo de 2025

TRAS EL VERANO

Dirección: Yolanda Centeno
Guion: Yolanda Centeno y Jesús Luque
Reparto principal: Alexandra Jiménez, Juan Diego Bott,  Ruth Gabriel, Álex Infantes 
Fotografía: José Luis Bernal
Montaje: Antonio Frutos
Música: Pablo Cervantes
Dirección de arte: Marian Delgado Vega
Vestuario: Esther Vaquero
Maquillaje y peluquería: Gloria García y Anabel Beato
Sonido: Francis Cortés, Nacho Arenas, Miriam Pedregal
Producción: Áralan Films, Harry Kane, After The Summer A.I.E., La Goota Entertainment (productora asociada)
Distribución: Alfa Pictures
Año: 2025
Título original: Tras el verano
Género: Drama,  Autor. 
Duración; 95 minutos. 

ARGUMENTO 
Paula, Raúl y Dani podrían ser una familia más. Podrían serlo, de no ser porque Dani no es hijo de Paula, y ésta se enfrenta con el reto diario de demostrar que merece ostentar el “título” de madre. Este conflicto, unido a la separación de la pareja y, como consecuencia, la idea de que Paula pueda dejar de ver para siempre a Dani, nos plantea una historia que pone el dolor de un niño en el centro y lo desgarrador de las despedidas. Con todo, Tras el verano pone sobre la mesa un vacío legal que pisotea emociones y una gran pregunta: ¿qué es más importante, los sentimientos o el ADN?

CRÍTICA. 
Hay películas que se gestan desde lo invisible, que no necesitan artificios para conmover, que avanzan con el ritmo íntimo de la memoria. Tras el verano, ópera prima de Yolanda Centeno, es una de esas películas. Un retrato sobre la maternidad, el duelo y la fractura emocional que deja la distancia entre lo que se esperaba vivir y lo que finalmente ocurre.
Centeno, que ya había demostrado su sensibilidad en el cortometraje (Imposible decir te quiero o Cementerio de coches), da el salto al largometraje con una madurez sorprendente. Desde el primer plano, uno percibe una voluntad clara: escuchar a sus personajes, dejarles espacio, capturar los pequeños gestos que construyen lo cotidiano. En esa mirada limpia se filtra la influencia de cierto cine europeo contemporáneo (las resonancias de Cinco lobitos son evidentes, aunque Tras el verano apuesta por un tono más introspectivo, casi contemplativo).

Alexandra Jiménez sostiene la película con una interpretación contenida y dolorosa. Le basta un gesto, una respiración detenida, para transmitir el peso del pasado y el miedo a repetir errores. A su lado, el joven Álex Infante sorprende por su naturalidad y su ternura sin impostura. Juan Diego Botto, en un papel más breve, aporta la fragilidad de quien también carga con culpas heredadas.

La fotografía de José Luis Bernal es luminosa pero melancólica. Hay en cada encuadre una intención clara de capturar el paso del tiempo, el desgaste de los espacios vividos, las huellas que la vida deja incluso en los objetos. La música de Pablo Cervantes se emplea con mesura, acompañando sin invadir, reforzando con acierto ese tono nostálgico pero nunca derrotista.

Tras el verano no da respuestas. Es una película que observa y sugiere, que confía en el espectador como parte activa de su relato. No hay giros, ni clímax emocionales impostados: lo que hay es verdad, humanidad y una poderosa reivindicación del silencio como forma de expresión.

NOTA 5,5/10

AUDIO DE LA CLAQUETA CRÍTICA DE TRAS EL VERANO


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