lunes, 20 de enero de 2025

LA SEMILLA DE LA HIGUERA SAGRADA


Director: Mohammad Rasoulof
Guion; Mohammad Rasoulof 
Reparto: Missagh Zareh, Soheila Golestani, Mahsa Rostami, Setareh Maleki
Música: Karzan Mahmood
Fotografía: Pouyan  Aghababay
Productoras: Parallel 45, Run Way Pictures, ARTE France Cinéma
Distribuidora:Bteam Films 
Año: 2024
Título original: The Seed of the Sacred Fig
Estreno En España:17/01/25 y en plataformas 13/05/25 Filmin y Movistar +
Género: Drama, Thriller 
Duración: 168 minutos

ARGUMENTO 
El juez de instrucción Iman se enfrenta a la paranoia en medio de los disturbios políticos de Teherán. Cuando su pistola desaparece, sospecha de su mujer y sus hijas, imponiendo medidas draconianas que tensan los lazos familiares a medida que las normas sociales se desmoronan.

CRÍTICA 
Hay películas que no se ven: se sienten, se rumian y se arrastran con uno mucho después de que los créditos finales hayan desaparecido. La semilla de la higuera sagrada, del cineasta iraní Mohammad Rasoulof, es de esas. Una obra tan necesaria como incómoda, tan política como íntima. Un filme que no se conforma con narrar: exige

Desde su apertura, con imágenes reales de las protestas que sacudieron Irán tras la muerte de Mahsa Amini, Rasoulof nos recuerda que lo que vamos a ver es más que una ficción: es un testimonio. Y lo hace sin artificios, sin concesiones, como suele ser marca de la casa del director. Aquí no hay espacio para el espectáculo fácil. Solo verdad..
El personaje de Iman, interpretado con una contención brutal por Missagh Zareh, es un juez del Tribunal Revolucionario cuya vida familiar comienza a resquebrajarse cuando su pistola desaparece. Pero esta anécdota argumental es solo el pretexto: lo que Rasoulof nos ofrece es una radiografía dolorosa de una sociedad dividida, silenciada, asfixiada por el miedo y la represión. El hogar del juez, ese espacio teóricamente seguro, se convierte en una extensión del régimen. Un campo de batalla más. 

Y es ahí, en ese núcleo familiar donde el director encuentra toda su potencia narrativa.
La fotografía, seca, precisa, rehúye la belleza complaciente. El montaje —consecuencia en parte de la situación política de Rasoulof, exiliado en Alemania— mantiene una tensión constante. No hay descanso para el espectador. Y con razón: tampoco lo hay para los personajes.En tiempos donde la denuncia se diluye entre discursos vacíos y eslóganes fáciles, La semilla de la higuera sagrada se planta como un acto de valentía. Como un cine que no olvida su deber ético. Como un recordatorio de que la cámara, bien usada, puede ser más poderosa que cualquier proclama
La semilla de la higuera sagrada no es una película fácil. Pero es imprescindible. Y en estos tiempos de tanto ruido y tan pocas nueces, eso ya es mucho decir.

NOTA 8,5/10


AUDIO DE LA CLAQUETA CRÍTICA DE LA SEMILLA DE LA HIGUERA SAGRADA


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