Derby Motoreta’s Burrito Kachimba llevan ya un tiempo demostrando que no son una moda pasajera, sino una banda con discurso propio, con un sonido que bebe del pasado pero que se proyecta con fuerza hacia el presente. En Las Leyes de la Frontera, tema central de la película de Daniel Monzón, la banda sevillana se adueña de la rumba y la transforma en un terreno fronterizo entre el recuerdo y la modernidad.
Derby Motoreta’s Burrito Kachimba llevan ya un tiempo demostrando que no son una moda pasajera, sino una banda con discurso propio, con un sonido que bebe del pasado pero que se proyecta con fuerza hacia el presente. En Las Leyes de la Frontera, tema central de la película de Daniel Monzón, la banda sevillana se adueña de la rumba y la transforma en un terreno fronterizo entre el recuerdo y la modernidad.
Lo primero que llama la atención es la energía contagiosa que desprende la canción. Su base rítmica nos remite de inmediato a los Chichos o a los Chunguitos, a esa rumba cañí que marcó a toda una generación en los setenta y ochenta, pero aquí se reviste con guitarras eléctricas poderosas, con atmósferas densas y con un aire psicodélico que solo Derby Motoreta’s saben imprimir. Esa mezcla, a medio camino entre el progresivo de Triana y la frescura de Alameda, -por poner los ejemplos más obvios-construye un universo sonoro que resulta tan hipnótico como magnético.
La voz de Dandy Piranha encaja con ese espíritu fronterizo: rasgada, intensa, con un punto de canalleo que da veracidad a lo que canta. Y es que Las Leyes de la Frontera no solo funciona como canción para una película, sino como declaración de intenciones de una banda que no teme reivindicar la rumba como un género que merece un lugar en la memoria musical española. Lo hacen sin nostalgia impostada, con el respeto suficiente y la osadía necesaria para llevarlo a su terreno.
Estamos ante un tema redondo, de esos que se quedan en la cabeza y que invitan a corear sin descanso. Derby Motoreta’s Burrito Kachimba firman aquí una de sus composiciones más accesibles y, al mismo tiempo, más fieles a su espíritu. Una canción que confirma que el grupo sevillano está destinado a ocupar un lugar privilegiado dentro del panorama actual, y que demuestra que la “kinkidelia” no solo es una etiqueta llamativa, sino un género en sí mismo.
CANCIÓN
Desde que te vi
Supe que cruzaría al otro lado para sobrevivir
Arrastro mi cadena condenado para estar junto a ti
Y bajaré al infierno, bajaré al infierno
Yo te seguiré
Sin miramientos descontrolados para sentir tu piel
Arrastro mi cadena condenado para sobrevivir
Y bajaré al infierno
Y bajaré al infierno si tengo que morir
Desde que te vi
Supe que cruzaría al otro lado aunque me cueste la vida
Sin miramientos descontrolados para sentir tu piel
Y cruzaré las leyes de la frontera
Y bajaré al infierno
Y bajaré al infierno
Y bajaré al infierno
Y bajaré al infierno si tengo que morir
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
Na-ra-ra-rai, na-rai-ra-ra-ra
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