sábado, 20 de septiembre de 2025

LOS SUDARIOS

Dirección David Cronenberg 
Guion David Cronenberg 
Reparto; Vincent Cassel, Diane Kruger, Guy Pearce, Sandrine Holr,Elizabeth Saunders,Ingvar Eggert Sigurdsson,Jennifer Dale,Al Sapienza,Jeff Yung,Steve Switzman, Eric Weinthal 
Fotografía Douglas Koch 
Música Howard Shore
Distribuidora: Filmin 
Año: 2024
Título Original: The Shrouds
Estreno En España: 19/09/25.en plataformas Filmin 
Género: Drama,  Thriller 
Duración: 119 Minutos 

ARGUMENTO 
Karsh (Vincent Cassel), un gurú tecnológico de 50 años y hombre de negocios, inimaginablemente afectado por la muerte de su esposa, inventa GraveTech, una tecnología revolucionaria y controvertida que permite a los vivos vigilar los cuerpos de sus seres queridos fallecidos en sus mortajas. Una noche, varias tumbas, incluida la de su esposa (interpretada por Diane Kruger), son profanadas. Karsh se propone entender qué hay detrás de este boicot. 

CRÍTICA 
David Cronenberg nunca ha escondido sus obsesiones. La carne, el sexo, las mutaciones físicas y emocionales, las conspiraciones y esa tensión soterrada entre lo humano y lo tecnológico son pilares que han sostenido su cine desde hace décadas. En Los Sudarios (The Shrouds, 2024) el maestro canadiense vuelve a mirarse en su propio espejo y, aunque no estamos ante su película más redonda, sí es una obra que late con la fuerza de quien no ha perdido la pasión por contar historias.

La trama nos presenta a Karsh (Vincent Cassel), un empresario y gurú tecnológico que, tras perder a su esposa (Diane Kruger), desarrolla un sistema revolucionario, GraveTech, que permite a los vivos observar a sus seres queridos fallecidos a través de sudarios digitales. El proyecto, concebido como un consuelo íntimo, pronto se convierte en objeto de sospechas, conspiraciones y profanaciones que arrastran a Karsh a un descenso a los infiernos. Aquí es donde Cronenberg despliega lo que mejor sabe hacer: confrontarnos con la incomodidad de la muerte y el deseo, del duelo y la tecnología, hasta rozar lo insoportable.

En las casi dos horas de metraje reaparecen los fantasmas de Inseparables, de Videodrome o de Crash: la fusión entre carne y máquina, los vínculos entre dolor y erotismo, la desconfianza hacia el poder. Cassel, con un físico castigado y unos ojos que transmiten tanto vacío como obsesión, se convierte en un evidente alter ego del propio Cronenberg, un reflejo de su edad y de su necesidad de seguir indagando en aquello que nos aterra y nos excita a la vez. Diane Kruger, en un doble papel que la conecta con la esposa muerta y con su hermana, aporta esa dimensión de espejismo gemelar que tanto fascina al director.

El filme no busca la suavidad ni la complacencia. Más bien se regodea en su atmósfera malsana, en su capacidad de crear desasosiego y en su control narrativo para mantener al espectador atrapado pese a que el relato se adentra en terrenos incómodos y extraños. Cronenberg no ha perdido el pulso, ni mucho menos: su dominio del tempo, la precisión de la puesta en escena y la manera de articular lo siniestro con lo cotidiano demuestran que sigue siendo un cineasta en plena forma.

Cassel confesó que el rodaje le resultó especialmente duro porque Cronenberg le pedía “borrar todo gesto humano” para dar vida a un personaje más máquina que hombre, un reto que lo obligó a reinterpretar su propia forma de actuar. Quizás por eso su Karsh nos resulta tan perturbador: porque en él vemos un director que, a través de su actor, continúa explorando lo que significa ser humano en un mundo que cada vez lo es menos.

En definitiva, Los Sudarios no será la obra maestra definitiva de Cronenberg, pero sí es un regreso a sus obsesiones más puras y un recordatorio de que su universo sigue vivo, inquietante y absolutamente necesario.

NOTA 7/10


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