Dirección: Arnaud Lemort
Guion: Arnaud Lemort, Vincent Leroy
Reparto: Christian Clavier, Baptiste Lecaplain, Chantal Lauby, Marie-Julie Baup, Laurent Bateau, Jean Francois Cayrey
Música: Roman Trouillet
Fotografía: Christophe Graillot
Distribuidora: A Contracorriente
Año 2024
Título Original: Jamais sans mon psy
Estreno En España: 12/06/25
Género: Comedia
Duración: 91 Minutos .
ARGUMENTO
Cinco años de psicoterapia no han servido para aliviar la ansiedad vital de Damien. El Dr. Beranger ya no lo soporta. Así que le echa con un reto terapéutico: encontrar a la mujer de su vida. Y, contra todo pronóstico, Damien lo consigue. Tres meses después, su prometida Alice le invita a su casa familiar para que conozca a sus padres, que celebran una gran fiesta por su 30 aniversario. Nada más llegar, nada sale bien. Pero lo peor es que el padre de Alice resulta ser nada menos que el mismísimo Dr. Beranger.
CRÍTICA
Hay películas que, desde su primer minuto, dejan claro a qué público se dirigen. En Algo le pasa a mi yerno, la quinta colaboración entre el director Arnaud Lemort y Christian Clavier, no hay lugar para el equívoco: esto es cine hecho por y para los seguidores acérrimos de Clavier. Y solo para ellos. Para el resto, una comedia que se adentra en la desesperación, no tanto por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta..La historia parte de una premisa que podría haber dado juego: un suegro cascarrabias que no acepta al novio de su hija. ¿Nos suena? Sí, claro. Los padres de ella (2000), una comedia estadounidense que exprimía con acierto el choque generacional, las tensiones familiares y el slapstick elegante. Aquí, sin embargo, Lemort intenta imitar aquella fórmula sin dotarla de la mínima frescura ni del ritmo necesario. El resultado es una sucesión de gags previsibles, un humor pasado de rosca y una puesta en escena que parece vivir instalada en años atrás.
Christian Clavier hace lo que mejor sabe: encarnar a ese burgués malhumorado, autoritario y excesivamente metiche. Lo hemos visto en títulos como No molestar, la saga Dios Mio y en otras tantas. El problema no es tanto él como el hecho de que el personaje carece de evolución, atrapado en una caricatura sin matices. Baptiste Lecaplain, conocido por su vis cómica más contemporánea, entra en escena como el yerno patoso con corazón de oro. Pero ni su energía ni sus intentos por modernizar el humor logran levantar una película que nunca despega.
Las situaciones se suceden sin verdadero conflicto. Cada intento de comedia física o verbal queda ahogado por un guion que parece tenerle miedo al riesgo, que se refugia en lo conocido y que, para colmo, estira sus chistes más allá de lo tolerable. Hay momentos —más de los deseables— en los que la desesperación del espectador se alinea con la del protagonista: no sabemos cómo hemos llegado ahí ni cuándo saldremos
Visualmente plana, con una banda sonora intrascendente y una dirección sin pulso, la cinta encuentra en Chantal Lauby y Marie-Julie Baup los únicos respiros posibles. Ellas aportan un poco de sensatez y gracia natural en medio de un artificio forzado.
Arnaud Lemort parece haber encontrado en Clavier su talismán, pero a fuerza de repetir la misma fórmula con ligeras variaciones, el conjuro ha perdido efecto. Algo le pasa a mi yerno no es más que una postal rancia de una comedia que ya hemos visto, y que en esta versión francesa pierde toda su chispa.
Una comedia que imita sin convicción, que no encuentra su tono y que solo satisfará a quienes siguen fielmente la estela de Clavier. El resto, mejor pasar página.
NOTA: 3,5/10
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