Director: Baltasar Kormákur
Guion: Baltasar Kormákur, Ólafur Jóhann Ólafsson
Reparto principal: Egill Ólafsson, Pálmi Kormákur, Kōki, Masahiro Motoki
Fotografía: Bergsteinn Björgúlfsson
Música: Högni Egilsson
Distribuidora: Universal
Año: 2024
Título Original: Touch (Snerting)
Estreno En España: 12/04/25 en plataformas SKYSHOWTIME/MOVISTAR
Género: Drama, Romance. Duración 121 Minutos
ARGUMENTO ;
Durante varias décadas y en diferentes continentes, un hombre se embarca en un viaje emocional para encontrar a su primer amor desaparecido hace 50 años, antes de que se le acabe el tiempo
CRÍTICA
Hay películas que no necesitan levantar la voz para hacerse oír. Historias que, sin necesidad de grandes fuegos artificiales, consiguen abrirse paso directamente al corazón. Touch (Snerting), la última propuesta de Baltasar Kormákur, es una de esas obras que apuestan por la contención, por el susurro antes que el grito, por la emoción genuina antes que por la épica impostada. Touch nos habla del amor que permanece.
Porque lo que nos ofrece el director islandés es, sencillamente, una hermosa elegía sobre el amor perdido y las oportunidades que no siempre llegan a tiempo. Una mirada hacia atrás desde el umbral del final, ese momento en que el cuerpo empieza a rendirse pero el alma aún guarda cuentas pendientes.
Kristófer, un hombre islandés que ha vivido más de lo que ha contado, decide emprender un viaje a Tokio en plena pandemia. No lo mueve el turismo ni la necesidad, sino algo mucho más poderoso: la necesidad de cerrar el círculo, de volver al origen. Busca a Miko, la mujer que marcó su juventud, y a la que no ve desde hace más de medio siglo. Lo que sigue es una historia contada a dos tiempos, como los latidos de un corazón que se niega a apagarse
Kormákur nos sumerge en el Londres de los años 60 con una sensibilidad que bordea lo pictórico. Cada encuadre parece una postal de época, cada plano respira el aire de una juventud que, aunque efímera, fue sincera. En contraste, el presente es gris, silencioso, como un mundo que ha perdido el rumbo. Pero en ambos tiempos, el director mantiene la mirada humana, honesta, alejada del dramatismo fácil.
Los intérpretes están impecables. Egill Ólafsson da vida a un Kristófer cansado, pero lleno de ternura. Basta una mirada suya para entender todo lo que ha callado. Pálmi Kormákur, hijo del director, le da vida al joven enamorado con naturalidad, sin imposturas. Y Kōki, en el papel de Miko, es un hallazgo.
Contenida, elegante, llena de esa melancolía tan japonesa, tan intangible
Touch no inventa nada nuevo, y no lo necesita. Es una historia de emociones reconocibles, de heridas que no terminan de cerrar. Puede que el ritmo no sea para todos —hay escenas que se toman su tiempo, incluso demasiado—, pero quien sepa esperar encontrará en ella un refugio.
Porque esta no es una película de respuestas, sino de preguntas. ¿Qué habría pasado si...? ¿Aún estoy a tiempo...? ¿Puede el amor sobrevivir al silencio de los años?
Kormákur no ofrece soluciones, pero sí un bálsamo. En una época de ruido y prisa, Touch nos invita a detenernos, a mirar atrás sin rencor, y a entender que, a veces, lo importante no es llegar, sino haber sentido.
Una historia íntima sobre el amor que no se olvida. Una obra que abraza la nostalgia sin caer en el drama impostado. Sutil, poética y profundamente humana.
NOTA 7,5/10
AUDIO DE LA CLAQUETA CRÍTICA DE TOUCH
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