Dirección: Marc Recha
Guion: Marc Recha, Nadine Lamari
Reparto: Lluís Soler, Montse Germán, Muntsa Alcañiz, Eulàlia Ramon, Raquel Ferri, Ona Planas, Cristina Dilla, Ignasi Terraz
Fotografía: Peter Zeitlinger
Montaje: Pablo Gil
Música: Marc Parrot
Producción: Parallamps Companyia Cinematogràfica, Eaux Vives Productions, Staragara Films
Distribuidora: A Contracorriente
Año: 2024
Título Original: Centauro De La Nit
Estreno En España: 16/05/25
Género: Drama, Autor
Duración: 105 Minutos .
ARGUMENTO
Un fotógrafo ciego que capta las almas de las personas y los objetos se queda varado en un misterioso monasterio de Cataluña con un grupo de amigos, también ciegos. Allí ven cosas que otros no pueden ver, una poesía de visión y fantasía.
CRÍTICA
Centauros De La Nit tuvo su estreno en la pasada edición del Festival Fantástico de Sitges en la sección noves visions con lo que ya nos daba una idea de lo que nos podía ofrecer el nuevo trabajo del director catalán.
Hay películas que se asoman a la pantalla con una voluntad clara de trascender, de hablar desde las alturas del arte y tocar con los dedos esa bruma intangible de lo poético. Centaures de la nit, el último trabajo de Marc Recha, se inscribe sin rubor en esta ambición. Pero como tantas veces ocurre, el deseo de altura no basta: se necesita también un lenguaje que conecte, que comunique, que emocione. Y aquí, lamentablemente, es donde esta obra se desploma bajo el peso de sus propias pretensiones.
Recha nos sumerge en un relato hermético, poblado de silencios alargados, miradas que no dicen y símbolos que se quedan a medio camino entre el homenaje y la imitación. La sombra de Buñuel planea sobre cada secuencia, no tanto por lo provocador como por el intento de jugar con el surrealismo, el extrañamiento, y ese gusto por lo onírico que ya vimos en el aragonés, pero que aquí aparece más como una referencia impostada que como una voz genuina.
La narración, mínima hasta el límite de lo etéreo, se diluye en un conjunto de escenas que parecen pensadas más para la galería que para el espectador. No hay tensión dramática, ni evolución emocional: solo una deriva, a veces desesperante, hacia ninguna parte. El ritmo, excesivamente moroso, convierte los 105 minutos en una experiencia fatigosa, como atravesar un páramo en plena noche sin brújula ni horizonte.
Y sin embargo, sería injusto no reconocer una virtud esencial: la fotografía de Peter Zeitlinger. Cada plano parece esculpido con una sensibilidad visual que rescata, aunque sea por momentos, el interés del espectador. Los paisajes nocturnos, los encuadres cuidadosamente compuestos, la textura de la luz: todo en el apartado visual rezuma belleza y talento. Es Zeitlinger quien da aliento a esta cinta por momentos asfixiante.
Centaures de la nit es, en definitiva, un ejercicio de estilo que se queda en eso: en el ejercicio. Un cine que se mira tanto el ombligo que acaba por perder de vista al público. Una obra que aspira a la categoría de culto, pero que quizás acabe olvidada, salvo por su exquisita factura visual.
Estamos ante una propuesta visualmente hermosa pero narrativamente vacía. Un cine de autor que confunde el silencio con la profundidad y el homenaje con la copia.
.NOTA 4/10
AUDIO DE LA CLAQUETA CRÍTICA DE CENTAUROS DE LA NIT
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