Dirección: Richard Donner.
Guion: Chris Columbus Historia: Steven Spielberg.
Reparto: Sean Astin; Josh Brolin; Jeff Cohen; Corey Feldman; Kerri Green; Martha Plimpton; Ke Huy Quan; John Matuszak; Robert Davi; Joe Pantoliano; Anne Ramsey;
Música: Dave Grusin.
Montaje: Michael Kahn.
Productora; Amblin Entertainment
Fotografía:Nick McLean.
Distribuidora: Warner
Año: 1985
Título Original: The Goonies
Estreno En España: reestreno el 12/12/25 en salas
Género: Aventuras, Familiar.
Duración:114 Minutos
ARGUMENTO
Un grupo de amigos del barrio “Goon Docks” de Astoria, Oregón, intenta salvar sus casas de la ejecución hipotecaria. Buscando una solución encuentran un antiguo mapa que los lleva a un espectacular reino subterráneo de galerías y trampas, hasta el galeón del legendario pirata “One-Eyed Willy”, lleno de doblones, gemas y tesoros. Perseguidos por la familia de delincuentes Fratelli, los chicos vivirán una frenética aventura para intentar hacerse con el botín y salvar su barrio.
CRÍTICA
Hay películas que no sólo se ven: se viven, se respiran y se guardan para siempre en ese pequeño rincón reservado a las aventuras que nos hicieron creer que todo era posible. Los Goonies es, sin duda, una de ellas. Un filme maravilloso para todo tipo de público, una obra que se puede ver una y mil veces sin que pierda ni un ápice de encanto. Richard Donner construye aquí un clásico del cine de aventuras moderno, de esos que dejan un sabor de disfrute genuino y que te hacen salir de la sala con una sonrisa tan grande como la del propio Spielberg detrás de las cámaras.
La historia —que arranca en el humilde barrio de los Goon Docks— parte de una premisa tan sencilla como irresistible: un grupo de amigos encuentra un viejo mapa del tesoro que podría salvar sus casas de la demolición. Lo que empieza como un juego infantil se transforma en una auténtica odisea subterránea llena de trampas mortales, piratas legendarios y villanos torpemente entrañables como los Fratelli.
Donner mezcla humor, peligro y ternura con una habilidad que hoy parece casi mágica, y cada secuencia —desde la fuga inicial hasta el descubrimiento del galeón de Willy el Tuerto— destila ese espíritu aventurero que marcó a toda una generación.
Una de las grandes virtudes de la película es que nunca subestima a sus jóvenes protagonistas. Los trata como héroes de pleno derecho, capaces de enfrentarse a situaciones imposibles sin perder la esencia infantil que los define. Esa es quizá la clave de su éxito: Los Goonies habla de amistad, de lealtad y de esa etapa de la vida en la que cada día puede convertirse en la mejor aventura posible.
Y, como suele ocurrir con las obras que dejan huella, el rodaje estuvo lleno de momentos curiosos. Uno de los más recordados es que Richard Donner escondió el interior del barco pirata a los niños hasta el día de rodar su reacción, buscando capturar en cámara la sorpresa auténtica. La escena funcionó tan bien que algunos actores se quedaron literalmente sin palabras al ver el gigantesco galeón construido a tamaño real. Spielberg, que supervisó la producción, quedó tan encantado que insistió en que gran parte de ese primer asombro se mantuviera sin retoques.
Los Goonies es, en definitiva, el tipo de película al que uno vuelve una y otra vez, como quien regresa a un lugar seguro de la infancia. Una aventura imperecedera, luminosa y emocionante, que sigue recordándonos que, mientras existan amigos dispuestos a acompañarnos, siempre habrá tesoros por descubrir
NOTA 8/10
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