LA SOCIEDAD DE LOS TALENTOS MUERTOS

Dirección: John Hsu. 

Guion: John Hsu; Kun-Lin Tsai. 

Reparto:Chen Bo-lin, Sandrine PinnaGingle Wang,Eleven Yao,Bai Bai,Soso Tseng,Pai Ching,Peace Yang,Zach Ireland, Yao Yiti.

Montaje:Shieh Meng-ju; Chiang Yi-ning 

Música: Luming Lu

Fotografía:Patrick Chou, Yihsien Chou

Distribuidora: Netflix 

Año : 2024

Título Original:Gui Cai Zhi Dao

Estreno En España:  10/10/24 en el Festival de Sitges y 27/03/25 en Netflix 

Género: Comedia  Terror 

Duración: 105 Minutos 

ARGUMENTO 

 Una tímida fantasma debe aprender a asustar a los vivos para evitar desaparecer para siempre. Con la ayuda de una mentora, intentará dominar el arte de espantar.

CRÍTICA 

Hay películas que llegan a Sitges con la vitola de “sleeper” y otras que directamente arrasan desde el primer minuto. La sociedad de los talentos muertos pertenece, sin duda, al segundo grupo. John Hsu firma un filme endiabladamente divertido, un torbellino de situaciones disparatadas que desataron auténticos ciclones de carcajadas y aplausos en la sala, convirtiéndose de inmediato en una de las proyecciones más celebradas del certamen.

Hsu vuelve a demostrar que tiene un talento especial para mezclar géneros sin perder el pulso. Aquí, tomando como base la idea de una fantasma novata que debe aprender a espantar a los vivos para no desaparecer, el director construye un relato que se mueve con sorprendente naturalidad entre el humor, el suspense y esa emoción soterrada que emerge cuando menos te lo esperas. El viaje de esta aprendiz del más allá es tan absurdo como conmovedor, y la película lo abraza todo sin complejos

Si algo define a La sociedad de los talentos muertos es su ritmo endiablado. La cinta no concede un solo respiro. Las escenas de comedia se encadenan con momentos de tensión perfectamente calculados, y esa mezcla provoca una risa nerviosa que recorrió la sala de Sitges durante toda la proyección. Para cuando llega el tramo final, el público ya estaba completamente entregado; no es casual que, nada más salir de la sesión, muchos espectadores la recomendaran efusivamente. Pocas veces una película de género toca tan bien las teclas del entretenimiento puro

El reparto entero se mueve con una energía contagiosa. Los actores parecen disfrutar tanto de sus personajes que esa diversión se transmite al espectador. Entre rodaje y rodaje, según se cuenta, el equipo no podía evitar romper a reír en las tomas más físicas, hasta el punto de que John Hsu tuvo que repetir varias escenas porque nadie era capaz de mantener la compostura. Ese espíritu travieso, casi de “película hecha en familia”, termina impregnando

No pretende revolucionar el género ni reinventar el cine de fantasmas. No lo necesita. La sociedad de los talentos muertos quiere hacer reír, emocionar ligeramente y regalar un buen rato, y eso lo cumple con una eficacia admirable. Hsu demuestra que, cuando se domina el tempo cómico y se entiende el gusto del público, basta con una buena idea y un grupo de intérpretes comprometidos para construir un espectáculo memorable..

Al final, el filme es una celebración del puro disfrute cinematográfico. Una obra que entra directa a esa lista de títulos que Sitges adopta con cariño: locos, desbordados, llenos de vida y, sobre todo, te

rriblemente divertidos.

NOTA 7,5/10