Dirección: Carlota Pereda.
Guion: Albert Bertran Bas,,Carlota Pereda,Carmelo Viera
Reparto: Maia Zaitegi; Belén Rueda; Josean Bengoetxea; Loreto Mauleón; Jon Olivares; Elena Irureta; Nagore Aranburu; María Barrios; Airoa / Aiora Izaguirre; Araia Díaz; Anastasia Russo; Alba Hernández; Erik Probanza; Iñaki Beraetxe; Ainhoa Aierbe; Gaizka Ugarte; Antton Bastero; Belén Cruz; Laura Galán; Amets Otxoa
Fotografía: Rita Noriega.
Montaje: David Pelegrín.
Música: Pascal Caigne.
Producción: Laura Fernández-Brites, Carlos Fernández
Distribuidora: Filmax
Año: 2023
Estreno En España: 17/11/23 y actualmente en plataformas Netflix
Género: Terror, Thriller.
Duración: 105 Minutos
ARGUMENTO
Emma (interpretada por Maia Zaitegi) quiere aprender a comunicarse con el espíritu de una niña que lleva siglos atrapada en la ermita de su pueblo. Para lograrlo pide la ayuda de Carol (Belén Rueda), una médium escéptica que no sospecha que Emma podría poseer realmente un don; si la niña insiste en usarlo sin protección, su vida corre peligro
CRÍTICA
La ermita llegaba precedida por el eco todavía reciente de Cerdita, una ópera prima que colocó a Carlota Pereda en el radar del fantástico español contemporáneo. Quizá por eso la expectación era alta y el termómetro, especialmente en Sitges 2023, estaba preparado para otra sacudida. Lo que ocurrió en el Auditorio fue distinto: una tibia recepción, gestos de aburrimiento y cierta sensación de pena compartida, como si todos estuviéramos esperando una película que nunca terminaba de manifestarse del todo.
La propuesta parte de un punto de partida sugerente: una niña convencida de poder comunicarse con el espíritu de otra menor atrapada desde hace siglos en una ermita aislada. La llegada de una médium escéptica —que no cree en dones ni en maldiciones— activa un conflicto donde lo sobrenatural y lo emocional deberían darse la mano. Hay momentos de suspense bien medido, destellos de atmósfera y alguna escena que recuerda que Pereda sabe crear inquietud con pocos elementos.
Sin embargo, el problema aparece cuando la película se dispersa en demasiadas direcciones. Subtramas familiares, heridas del pasado, el drama rural y el componente fantástico compiten entre sí sin terminar de integrarse. El resultado es una narración que se diluye, que confunde más de lo que sugiere y que acaba perdiendo tensión justo cuando debería apretar. No es una película fallida, pero sí una obra que parece contener varias películas en una, ninguna de ellas completamente desarrollada.
En el apartado técnico, la fotografía es uno de sus grandes valores: el entorno natural, la piedra húmeda
de la ermita y la luz mortecina construyen una iconografía potente, casi táctil, que sostiene buena parte del metraje. Las interpretaciones cumplen con solvencia, especialmente en el trabajo contenido de Belén Rueda y en la naturalidad de la joven protagonista, aunque el guion no siempre les permita profundizar en sus personajes.
La ermita no es una mala película, ni mucho menos, pero sí una obra que deja la sensación de oportunidad desaprovechada. Tras Cerdita, se esperaba una confirmación rotunda y lo que llega es un paso lateral, irregular, interesante a ratos, frustrante en otros. Un filme correcto, bien hecho, que se queda a medio camino entre lo que es y lo que podría haber sido. En Sitges, quizá por eso, el silencio pesó más que los aplausos.
NOTA 5,5/10
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