Dirección :Jérémie Degruson
Guion: Joel Cohen, Alec Sokolow (historia original); adaptación y guion: Bob Barlen y Cal Brunker;
Reparto: Animación
Música: Puggy.
Productores: Matthieu Zeller, Matthieu Gondinet
Fotografía: Animación
Distribuidora: A Contracorriente
Año; 2024
Título Original: Les Inséparables
Estreno En España: 30/08/24 en cines y 04/12/25 en plataformas Movistar Plus
Género: Aventuras, Animación.
Duración: 88 Minutos
ARGUMENTO
Don, un títere fugitivo con una imaginación sin límites, y DJ Doggy Dog, un perro de peluche abandonado que necesita un amigo, se cruzan en Central Park. Juntos vivirán una gran aventura por la ciudad de Nueva York, forjando una amistad improbable que les permitirá enfrentarse a los obstáculos y hacer realidad sus sueños.
CRÍTICA
Hay películas de animación que se conforman con entretener y otras que, sin hacer ruido, aspiran a algo más: a recordarnos por qué imaginar sigue siendo un acto casi revolucionario. Héroes de Central Park pertenece a este segundo grupo. Bajo su apariencia de aventura familiar ligera se esconde un filme juguetón, libre y entrañable, que dialoga con la tradición literaria y cinematográfica desde un lugar inesperado.
La historia —sin entrar en excesivos detalles— sigue a Don, un títere idealista con delirios de grandeza, y a DJ Doggy Dog, un peluche con los pies en la tierra y un corazón enorme. Ambos escapan de su destino como juguetes olvidados y se lanzan a recorrer un Nueva York tan reconocible como fabuloso.
En su huida, Central Park se convierte en un territorio mítico donde la amistad, la lealtad y la imaginación son las únicas armas posibles frente a un mundo que insiste en poner límites
No es casual que la pareja protagonista evoque de inmediato a Don Quijote y Sancho Panza. Don es puro impulso, verbo inflamado y mirada hacia horizontes imposibles; Doggy Dog, más pragmático, actúa como ancla emocional y contrapunto cómico. Esa dinámica, tan clásica como efectiva, sostiene gran parte del encanto de la película y le permite conectar con espectadores adultos sin perder nunca de vista al público infantil.
Uno de los grandes aciertos del filme es su ritmo constante, que no da tregua pero tampoco atropella. La narración fluye con naturalidad, encadenando set pieces bien construidas y momentos de pausa que permiten respirar a los personajes. A ello se suma una apuesta visual interesante: la mezcla de animación 3D con ecos de animación más clásica, casi artesanal, que refuerza el carácter de fábula moderna y le da una personalidad propia frente a productos más industriales.
La galería de secundarios —colorida, excesiva y entrañable— termina de redondear un universo que nunca se siente vacío. Cada personaje parece tener una pequeña historia detrás, un gesto o una manía que lo hace memorable, y eso habla bien del cuidado puesto en el diseño y en la escritura.
En el fondo, Héroes de Central Park es una oda a la libertad y a la imaginación, una defensa del derecho a ser diferente y a soñar incluso cuando el mundo insiste en encasillarnos. Un mensaje sencillo, sí, pero contado con honestidad y sin cinismo, algo cada vez menos habitual.
Jérémie Degruson animó varias escenas clave pensando en el movimiento real de marionetas tradicionales, limitando deliberadamente ciertos gestos del protagonista para que Don no pareciera “demasiado perfecto”. Esa pequeña imperfección buscada es, paradójicamente, lo que da alma al personaje y refuerza la sensación de estar viendo a alguien que lucha por existir más allá de su condición de juguete..
Héroes de Central Park no pretende reinventar la animación, pero sí recordar su esencia: contar historias que emocionen, hagan reír y, sobre todo, inviten a mirar el mundo con ojos un poco más abiertos. Una película para disfrutar en familia, que deja una sonrisa al salir del cine y una idea rondando la cabeza: quizás crecer no debería significar dejar de imaginar.
NOTA 6/19
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.