Cuando en 2017 Ghost In The Willow publicó Missing Person, pocos podían imaginar que de aquel disco saldría una canción que terminaría convirtiéndose en su buque insignia. Favourite Company no solo es probablemente el mejor tema de la banda de Phoenix, también es el que mejor define esa mezcla de furia punk rock con una sensibilidad melódica que recuerda inevitablemente a lo que Nirvana fue capaz de transmitir en los 90.
Cuando en 2017 Ghost In The Willow publicó Missing Person, pocos podían imaginar que de aquel disco saldría una canción que terminaría convirtiéndose en su buque insignia. Favourite Company no solo es probablemente el mejor tema de la banda de Phoenix, también es el que mejor define esa mezcla de furia punk rock con una sensibilidad melódica que recuerda inevitablemente a lo que Nirvana fue capaz de transmitir en los 90.
La canción arranca con un riff directo, sin concesiones, que nos arrastra en apenas segundos a un ritmo endiablado. Sin embargo, lo más interesante de Favourite Company no es solo la energía —que la tiene y mucha— sino esa capacidad para equilibrar la crudeza del punk con una emoción a flor de piel. En ese contraste está su grandeza: gritos que se transforman en confesiones íntimas, guitarras que parecen explotar pero que dejan espacio a un eco vulnerable.
Ghost In The Willow, liderado por Gil Rodriguez, ha construido su identidad a partir de la honestidad. Y quizá ahí radica el secreto de por qué este tema sigue sonando fresco ocho años después. No es casualidad que en sus conciertos, cuando suena Favourite Company, el público coree cada palabra como si fuese una declaración personal. Anécdota curiosa: la banda confesó en una entrevista local en Phoenix que esta canción nació casi de manera accidental, durante una sesión improvisada en un garaje, y que inicialmente no estaba pensada para entrar en el álbum. Al final se convirtió en imprescindible.
Con un nuevo disco en camino, resulta inevitable volver a esta pieza y reconocer que aquí Ghost In The Willow tocó techo. Favourite Company es la prueba de que en un género tan saturado como el punk rock todavía se puede encontrar emoción auténtica, sin filtros ni artificios. Una canción que, como ocurre con los clásicos, parece hablarte directamente al oído cada vez que la escuchas.
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