Dirección: Dea Kulumbegashvili
Guion : Dea Kulumbegashvili
Reparto: Sukhitashvili, Kakha Kintsurashvili, Merab Ninidze, Roza Kancheishvili, Ana Nikolava, David Beradze
Fotografía: Arseni Khachaturan
Montaje: Jacopo Ramella Pajrin
Música: Matthew Herbert
Producción: Ilan Amouyal, Archil Gelovani, Luca Guadagnino, Francesco Melzi d’Eril, Gabriele Bebe Moratti, Alexandra Rossi, David Zerat, Adrien Dassault, Steven Darty
Distribuidora: Adso Films
Año: 2024
TítuloOriginal" April
Estreno En España.; 05/09/25
Género: Drama Autor
Duración; 134 Minutos
ARGUMENTO
Nina, una obstetra en la Georgia rural, practica abortos clandestinos a pesar de la prohibición legal. Tras la muerte de un recién nacido durante un parto, se enfrenta a acusaciones de negligencia y a una intensa investigación, que amenaza con quebrar su vida profesional y personal.
CRÍTICA
Hay películas que parecen hechas para incomodar y April es, sin duda, una de ellas. Dea Kulumbegashvili, tras la rotundidad de Beginning, vuelve a construir un relato donde el tiempo se dilata, la puesta en escena se carga de simbolismo y el espectador se ve obligado a enfrentarse a la crudeza de lo que ocurre en pantalla. El problema, al menos para quien no logre entrar en su propuesta, es que esa crudeza se transforma pronto en un muro infranqueable: la sensación de estar ante un filme de ritmo lento, pesado y anodino, donde los planos se estiran hasta la extenuación y la narración parece detenerse más veces de las que avanza..
La historia sigue a Nina, una obstetra en la Georgia rural que practica abortos clandestinos en un entorno marcado por la prohibición y la represión. Cuando la muerte de un recién nacido durante un parto la coloca en el centro de la diana, su vida personal y profesional se tambalea. Kulumbegashvili utiliza este punto de partida no solo para hablar de la maternidad y de la criminalización del cuerpo femenino, sino también para mostrar cómo la comunidad, la religión y el poder ejercen un control asfixiante sobre la mujer.
Que nadie se lleve a engaño: aunque a algunos espectadores —entre los que me incluyo— la película nos resulte árida y fría, la crítica internacional ha recibido April con auténtica devoción, calificándola de obra maestra. No es casualidad que se alzara con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia y que, desde entonces, haya paseado por certámenes de prestigio como San Sebastián, Tokio o Singapur, acumulando galardones y seguidores incondicionales
Como anécdota, durante la proyección en Venecia hubo espectadores que abandonaron la sala en medio de una de las secuencias de parto más duras que se recuerdan en los últimos años, mientras que otros aplaudieron la valentía de la directora por mostrar sin concesiones lo que habitualmente se esconde fuera de campo. Esa división de reacciones es, en cierto modo, el espejo perfecto de lo que provoca el cine de Kulumbegashvili: fascinación absoluta o rechazo frontal, sin término medio.
En definitiva, April es un filme complejo, exigente y profundamente autoral. Para quienes disfruten del cine contemplativo, cargado de metáforas visuales y de un tempo narrativo fuera de toda convención, aquí encontrarán una joya. Para el resto, la experiencia puede resultar más cercana a una prueba de resistencia que a un disfrute cinematográfico...
NOTA 2/10
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