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jueves, 10 de julio de 2025

POSSUM

Dirección: Matthew Holness
Guion: Matthew Holness (basado en su propio cuento)
Reparto: Sean Harris, Alun Armstrong, Andy Blithe, Simon Bubb
Fotografía: Kit Fraser
Música: The Radiophonic Workshop
Montaje: Tommy Boulding
Distribuidora: Shadowz 
Año: 2018
Título Original: Possum 
Estreno En España: 01/25 en plataformas Shadowz 
Género: Drama,  Terror 
Duración: 85 Minutos. 

ARGUMENTO. 
Después de volver a su hogar de la infancia, un titiritero infantil caído en desgracia se ve obligado a enfrentrarse contra su padrastro y con los secretos que le han atormentado durante toda su vida.

CRÍTICA 
En Possum vemos como el horror se arrastra desde dentro  Matthew Holness, conocido por sus trabajos cómicos en la televisión británica (Garth Marenghi’s Darkplace), debuta en el largometraje con Possum, un descenso áspero, desolador y malsano a las profundidades de la mente humana. No hay bromas aquí, ni resquicios para el alivio: lo que propone Holness es una experiencia asfixiante, casi irrespirable, que se arrastra con el mismo ritmo que su grotesca criatura de ocho patas.

Philip (Sean Harris, turbador y entregado hasta la extenuación) es un titiritero caído en desgracia que regresa a su hogar de la infancia, una vivienda en ruinas en mitad de la nada, donde le espera su padrastro (un siempre inquietante Alun Armstrong). Allí, entre recuerdos del pasado, humillaciones y una marioneta imposible de enterrar, se despliega un relato que no se preocupa por la lógica ni por la linealidad narrativa, sino por la atmósfera y el trauma.

Porque Possum no es una historia al uso, ni siquiera dentro de los márgenes del cine de terror psicológico. Es más bien una pesadilla alargada, una suerte de poema fúnebre sobre la culpa, el abuso y la represión. Holness opta por lo abstracto, por lo simbólico, dejando que la podredumbre se infiltre en cada plano, ayudado por una fotografía apagada y una banda sonora que remite a los primeros experimentos del BBC Radiophonic Workshop: todo cruje, todo amenaza, todo desconcierta.

Las referencias son claras y al mismo tiempo huidizas. Uno puede pensar en Cronenberg por la corporeidad del horror, en Lynch por la ambigüedad narrativa, o incluso en Bergman por la carga psicológica de sus silencios. Pero Possum tiene una voz propia, una decidida voluntad de incomodar y alienar, que la aleja del producto comercial y la acerca más a la performance fílmica que al relato cinematográfico convencional

Es justo advertir que no es una película para todos los paladares. De hecho, es muy probable que para muchos espectadores resulte inaccesible o, simplemente, vacía. Su falta de desarrollo narrativo, su insistencia en lo repetitivo y la densidad de su tono pueden hacer de su visionado un ejercicio de paciencia. Sin embargo, para aquellos dispuestos a entrar en su universo opresivo, hay en Possum una propuesta valiente, incómoda y ferozmente personal. Una exploración del trauma que no busca respuestas, sino que prefiere revolcarse en la podredumbre.
Holness ha firmado una ópera prima que no deja indiferente: un film extraño, casi enfermizo, que más que contarse, se siente en la piel. Una marioneta imposible de olvidar, aunque queramos

NOTA 4,5/10





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