Dirección: Emmanuel Courcol
Guion: Emmanuel Courcol, Irène Muscari (con colaboración de Khaled Amara, Oriane Bonduel y Marianne Tomersy)
Reparto: Benjamin Lavernhe, Pierre Lottin, Sarah Suco, Emmanuelle Bercot, Samir Guesmi
Fotografía: Maxence Lemonnier
Montaje: Guerric Catala
Música: Michel Petrossian (interpretada por Orchestre National d’Île‑de‑France y la Harmonie des mineurs de Lallaing)
Producción: Agat Films & Cie – Ex Nihilo, con participación de France 2 Cinéma, Canal+, Ciné+ y France TV; producido por Marc Bordure y Robert Guédiguian
Distribuidora: Caramel Films, Karma Films
Año: 2024
Título Original: En Fanfare
Estreno En España: 28/03/25 en cines y 18/07/25 en plataformas Filmin
Género: Drama, Comedia
Duración; 103 Minutos
ARGUMENTO
Thibaut es un director de orquesta de renombre internacional que viaja por el mundo. Cuando se entera de que es adoptado, descubre la existencia de un hermano, Jimmy, un empleado de un comedor escolar que toca el trombón en una banda de música en el norte de Francia. Al parecer todo les separa, excepto el amor por la música. Al detectar las excepcionales habilidades musicales de su hermano, Thibaut se propone reparar la injusticia del destino. Jimmy entonces comienza a soñar con otra vida...
CRÍTICA
Hay películas que no pretenden reinventar el cine, que no buscan dejar huella profunda pero que, aún así, ofrecen un visionado más que agradable. Por Todo Lo Alto, la nueva propuesta del siempre humanista Emmanuel Courcol, es una de ellas. Una comedia dramática con vocación de feel-good movie que, aunque se queda lejos de emocionar de verdad, transita con aplomo por los terrenos de la ternura, el humor y la redención personal.
Benjamin Lavernhe vuelve a confirmar su carisma como protagonista en el papel de un joven trompetista que, tras un traspié personal, se ve envuelto en una peculiar road movie junto a una banda de música compuesta por personajes dispares. El trayecto —literal y emocional— que recorren juntos es, como dicta el manual del subgénero, una sucesión de obstáculos, anécdotas y reconciliaciones, todo rodado con una ligereza casi excesiva.
Courcol (recordado por Un Triunfo, que ya coqueteaba con lo social desde lo amable) vuelve a apostar por esa mirada compasiva y luminosa sobre sus personajes. Y ese es, a la vez, su principal acierto y su mayor limitación. Porque Por Todo Lo Alto funciona como un reloj cuando se trata de entretener, pero no se atreve a incomodar o ir más allá de su zona de confort. Todo está demasiado calculado para agradar, demasiado domesticado, como si el guion tuviera miedo de tensar demasiado las cuerdas emocionales de sus personajes.
La puesta en escena es sencilla pero eficaz, con una fotografía que apuesta por los paisajes rurales franceses como telón de fondo y una música diegética —lógico, tratándose de una banda de música— que sirve como hilo conductor emocional. El guion, sin ser especialmente brillante, ofrece algunos diálogos con chispa y construye relaciones humanas con honestidad, aunque tampoco evita el trazo grueso en algunos momentos.
Por Todo Lo Alto no pasará a la historia del cine francés contemporáneo, pero tampoco lo pretende. Es una película blanca, amable, incluso algo inofensiva, pero con corazón. Puede que no deje huella duradera, pero durante sus 110 minutos se deja ver con una sonrisa. Y a veces —solo a veces— eso es suficiente.
Lo mejor de Por Todo Lo Alto es su tono afable y las buenas interpretaciones, en especial de Lavernhe, lo peor, su necesidad constante de agradar a todos, que impide que la película adquiera verdadera profundidad
Estamos ante una película que no molesta, se disfruta… pero también se olvida con rapidez..
NOTA 6/10
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