Dirección: Enya Baroux
Guion: Enya Baroux, Philippe Barrière, Martin Darondeau
Reparto: Hélène Vincent, Pierre Lottin, David Ayala, Juliette Gasquet,Henock Cortes, Gabin Visona, Brigitte Aubry, Fannie Outeiro da Costa, Jeanne Arènes, Nicolas Lumbreras
Fotografía: Hugo Paturel
Montaje: Baptiste Ribrault
Música: Dom La Nena y Barbara Pravi
Decorados: Astrid Tonnelier
Vestuario: Michelle Piana
Sonido: Franck Duval.
Distribuidora::Karma Films
Año: 2024
Título Original; On Ira
Estreno En España: 18/07/25
Género: Drama Comedia
Duración: 97 Minutos
ARGUMENTO
Marie, de 80 años y con un cáncer avanzado, planea viajar a Suiza para acceder al suicidio asistido. Para que la acompañen su hijo Bruno, su nieta Anna y un asistente social llamado Rudy, inventa que van en busca de una herencia en un banco suizo. Así comienza una road movie entre humor y lágrimas, donde tres generaciones se confrontan, se reconectan y enfrentan verdades sobre la vida y la muerte.
CRÍTICA.
Hay películas que, sin reinventar el cine ni ofrecer giros sorprendentes, logran calar hondo por su honestidad, por la humanidad de sus personajes y por una energía vital que contagia. Bon Voyage Marie, ópera prima de la directora Enya Baroux, es precisamente una de esas pequeñas joyas que llegan sin hacer ruido, pero se instalan cómodamente en la memoria del espectador.
La premisa, en apariencia, resulta poco alentadora: Marie, una anciana que ha decidido viajar a Suiza para someterse a un suicidio asistido, emprende un último viaje acompañada por su hijo, su nieta —ambos ignorantes del objetivo final del trayecto— y su asistente social. Lo que podría haber sido un drama oscuro y deprimente se transforma, sin embargo, en una emotiva y luminosa road movie que mezcla hábilmente el humor, la ternura y la reflexión sobre el sentido de la vida.
Baroux construye un relato sencillo, sí, incluso previsible por momentos, pero lo hace con una sensibilidad admirable. La película huye del sentimentalismo fácil y se apoya en unos personajes desbordantes de humanidad. A lo largo del viaje, iremos descubriendo las heridas, frustraciones y vacíos de los acompañantes de Marie, personajes que parecían ir a la deriva hasta que esta anciana, con su firme decisión y su sorprendente vitalidad, les devuelve, sin proponérselo, la confianza en sí mismos.
Ella es el motor del viaje, pero también el catalizador de sus vidas.
La directora demuestra una notable madurez narrativa al tratar un tema tan delicado como la eutanasia con respeto, humor y una mirada luminosa. Y aunque no estamos ante un filme revolucionario, sí es una propuesta más que interesante por su tono optimista, su mensaje de vida incluso desde la decisión de morir, y por esa calidez que recuerda a la inolvidable Pequeña Miss Sunshine, con la que comparte espíritu, ternura y hasta una estructura familiar rota que encuentra sentido en el camino.
El reparto está espléndido, especialmente la actriz que encarna a Marie, que logra transmitir fuerza y fragilidad a partes iguales, y que sostiene con aplomo buena parte del metraje. También brillan los secundarios, todos dotados de momentos de lucidez emocional y de toques de humor bien medidos que aligeran el peso del tema tratado sin banalizarlo
Bon Voyage Marie es una de esas películas que invitan a vivir. Que, aun en su sencillez, dejan poso. Que hablan de muerte para celebrar la vida. Una película modesta en su forma, pero grande en sus emociones. De esas que hacen sonreír con una lágrima en los ojos. Y eso, en estos tiempos, no es poco.
NOTA 7/10
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