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jueves, 3 de julio de 2025

MAURICE PIALAT, EL AMOR EXISTE

Dirección: Jean-Pierre Devillers y Anne-Marie Faux
Guion: Jean-Pierre Devillers, Anne-Marie Faux
Reparto: Gérard Depardieu( Voz), Maurice Pialat 
Producción: Sylvie Pialat
Fotografía: Stéphane Bion
Montaje: Anne-Marie Faux
Distribuidora: Atalante 
Año: 2025
Título Original: Maurice Pialat, l'amour existe 
Estreno En España: 04/07/25.
Género: Documental,  Autor 
Duración: 81 Minutos 

ARGUMENTO 
Un documental sobre la vida y la carrera de Maurice Pialat producido por su viuda, la consumada productora de cine Sylvie Pialat. La película entrelaza fragmentos de sus películas con imágenes de entrevistas de Pialat, quien habla de crecer como hijo único, su interés por la pintura, sus primeras influencias en el cine, desde Yasujiro Ozu hasta John Ford, su desafecto por la Nueva Ola francesa y el tema del abandono en sus películas. Los comentarios de Pialat ofrecen información sobre sus estrategias estéticas e insinúan su reputación como un director desafiante e irascible, conocido por haber presionado a sus actores para que ofrecieran actuaciones crudas y poderosas.

CRÍTICA
El cine de Maurice Pialat está atravesado por una evidencia: todo aquello que se vive, se dice, se inventa o se deshace en la “vida real” resuena, estruendosamente, tarde o temprano, en sus películas. Los realizadores, Anne-Marie Faux y Jean-Pierre Devilliers, partieron de esas conexiones para trazar una especie de autorretrato: el de un cineasta que nunca olvidó lo que fue la infancia y que jamás transigió en su definición del amor

Maurice Pialat nunca fue un cineasta fácil. Ni para el público, ni para la crítica, ni mucho menos para sus actores o compañeros de rodaje. Su cine, áspero y sin concesiones, sigue levantando pasiones y generando distancia a partes iguales. En Maurice Pialat, El Amor Existe, Jean-Pierre Devillers y Anne-Marie Faux firman un retrato tan sobrio como lúcido sobre la figura del cineasta francés, alejándose de los homenajes planos y acercándose a ese territorio incómodo que tan bien conocía el propio Pialat: el de la verdad sin adornos.

El documental, producido por su viuda Sylvie Pialat, quien se ha convertido en la gran custodio del legado del director, es una pieza de orfebrería emocional y cinéfila. A través de una cuidada selección de imágenes de archivo, testimonios indirectos, secuencias de sus películas y su propia voz recogida en entrevistas, Devillers y Faux construyen un retrato poliédrico que trasciende el repaso biográfico. No se trata tanto de explicar a Pialat, sino de sumergirnos en sus contradicciones.

La narración en off corre a cargo de Gérard Depardieu, quien fuera no solo su actor fetiche en obras tan descarnadas como Police o Sous le soleil de Satan, sino también un amigo fiel, testigo de sus demonios y de sus destellos de ternura. Depardieu presta su voz con un tono grave y melancólico que dota al conjunto de una densidad emocional muy acorde con el personaje retratado. No es una voz cualquiera: es la de alguien que lo conoció de cerca y que, de algún modo, todavía lo llora.

Uno de los grandes aciertos del documental es no circunscribirse únicamente a su obra cinematográfica, sino rastrear las huellas de un hombre que se sentía, antes que director, pintor frustrado. Su amor por las bellas artes, por Van Gogh —a quien dedicó una de sus películas más personales— y su paso por la escuela de Bellas Artes de París quedan reflejados como pilares fundamentales de su sensibilidad artística. También su difícil infancia, marcada por una madre posesiva y una ausencia paterna que dejó una huella emocional en muchas de sus películas

Especialmente revelador resulta el modo en que el documental aborda su ruptura, o más bien su distancia crítica, con la Nouvelle Vague. Pialat, a pesar de compartir generación y años de ebullición con los Godard, Truffaut o Rivette, siempre se mantuvo al margen. "Yo no era uno de ellos. Ni quería serlo", llega a decir en un momento del film. Su cine, heredero del neorrealismo pero con una impronta violenta y visceral, no buscaba jugar con la forma sino golpear con el fondo.

Maurice Pialat, El Amor Existe toma su título del mediometraje que el propio director firmó en 1961, y que ya anunciaba su mirada amarga pero honesta sobre el mundo. No hay impostura ni nostalgia gratuita en este retrato. Hay respeto, sí, pero también una voluntad clara de no suavizar los aristas. Porque Pialat, como sus películas, no se puede dulcificar. Su cine era vida pura, incluso cuando dolía.

Una obra notable, sobria, rigurosa y con alma. Un documental necesario para los que aman el cine de 
Pialat y, sobre todo, para quienes están dispuestos a enfrentarse a un hombre que hizo del cine un espacio de conflicto, honestidad y belleza sin filtros
Maurice Pialat,  El Amor Existe es un retrato sin concesiones de un cineasta que tampoco las pedía.

NOTA: 7/10




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