Dirección: Adrian Molina
Codirección Madeline Sharafian, Domee Shi
Guion: Adrian Molina
Reparto: Yonas Kibreab, Zoe Saldańa America Ferrera, Jameela Jamil, Brad Garrett, Young Dylan, Brandon Moon, Remy Edgerly
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Animación, Derek Williams
Producción: Mary Alice Drumm
Montaje: Steve Bloom.
Distribuidora: Disney.
Año: 2025
Título Original: Elio
Estreno En España: 09/07/25
Género: Animación, Fantástico
Duración 99 Minutos
ARGUMENTO.
La historia de Elio, un niño de 11 años con una imaginación desbordante y una enorme obsesión por los extraterrestres, que lucha por encajar hasta que de repente es transportado al espacio y es identificado por error como el embajador galáctico de la Tierra
CRÍTICA
Pixar vuelve con Elio, una cinta que, sin la ambición emocional de sus grandes obras maestras ni la carga simbólica de sus apuestas más arriesgadas, encuentra en la ligereza de su propuesta un punto de equilibrio que, sin deslumbrar, sí logra entretener. Una película menor dentro del canon del estudio californiano, pero que no resulta desdeñable si se acepta como lo que es: un viaje modesto, simpático y de espíritu familiar.
Elio es un niño solitario y algo peculiar que, por un giro cósmico tan inverosímil como encantador, es confundido con el embajador de la humanidad por una confederación alienígena. La premisa recuerda, de forma tangencial, a aquellas historias ochenteras donde el niño común se ve envuelto en una aventura más grande que la vida misma. Aquí, sin embargo, el toque Pixar suaviza los bordes, apuesta por una narrativa de autodescubrimiento y, cómo no, pone el foco en los vínculos familiares, sobre todo el materno-filial
Adrián Molina —codirector de Coco— dirige ahora en solitario y se nota que hay corazón detrás del proyecto, pero también cierta contención. Elio no arriesga ni en lo narrativo ni en lo visual. Los mundos alienígenas son coloridos pero de diseño funcional, las criaturas extrañas hacen gracia pero no sorprenden, y la historia sigue un arco reconocible sin grandes giros. Es en la relación entre Elio y su madre donde la película encuentra su centro emocional, sin caer en la lágrima fácil, pero tampoco profundizando demasiado.
Narrativamente, se echa en falta más tensión, más conflicto real. La película avanza con ritmo amable, pero da la sensación de que no termina de despegar. Aun así, hay destellos del viejo encanto Pixar: pequeños gags visuales, diálogos con chispa y una música de Pinar Toprak que, sin ser memorable, acompaña con soltura y emoción las escenas clave.
El mensaje —ser uno mismo y encontrar la propia voz, incluso en medio del caos galáctico— es positivo y accesible para todos los públicos. No es un filme que vaya a cambiar la historia del estudio ni a engrosar su panteón de clásicos, pero tampoco lo pretende.
Elio no está llamada a ser la nueva Up, Inside Out o WALL·E, pero en su modestia encuentra su encanto. Es una propuesta simpática, amable y colorida que sabe conectar con los más pequeños y que no aburre a los adultos. Una obra menor, sí, pero con suficiente encanto como para justificar su existencia
NOTA 6,5/10
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