DIAMANTI

Dirección: Ferzan Özpetek  

Guion: Ferzan Özpetek, Elisa Casseri, Carlotta Corradi 

Reparto: Luisa Ranieri, Jasmine Trinca, Sara Bosi, Loredana Cannata, Geppi Cucciari, Anna Ferzetti, Aurora Giovinazzo, Nicole Grimaudo, Milena Mancini, Paola Minaccioni, Elena Sofia Ricci, Lunetta Savino, Vanessa Scalera, Stefano Accorsi, Luca Barbarossa

Música: Giuliano Taviani y Carmelo Travia  

Fotografía: Gian Filippo Corticelli  

Montaje: Pietro Morana  

 Vestuario: Stefano Ciammitti  

Diseño de producción: Deniz Göktürk Kobanba

Distribuidora: A Contracorriente 

Año: 2024

Título Original : Diamanti 

Estreno En España: 02/07/25

Género: Drama

Duración: 135 Minutos 

ARGUMENTO 

En la Roma de los años 70, un prestigioso taller de costura dirigido por dos hermanas se convierte en el epicentro de un mundo lleno de pasiones, lealtades y conflictos. Entre telas, pruebas de vestuario para una gran película protagonizada por estrellas glamurosas, y secretos

 compartidos, las mujeres que habitan ese espacio enfrentan sus deseos, rivalidades y sueños en una época de grandes transformaciones

CRÍTICA 

Con una narrativa coral ambientada entre el presente y los años 70, DIAMANTI explora las vidas de un grupo de mujeres vinculadas a una prestigiosa sastrería de cine en Roma. La película está protagonizada por destacadas actrices italianas (hasta un total de 18),

Ferzan Özpetek es un director que siempre se ha movido bien en el terreno de lo emocional, del drama íntimo con perfume mediterráneo, del susurro que esconde cicatriz. Con Diamanti, su nuevo largometraje, regresa al cine de mujeres, al cine de interiores, pero lo hace desde una propuesta tan bienintencionada como lastrada por un exceso de artificio que acaba fagocitando cualquier asomo de verdad.

Diamanti quiere ser un canto a todas esas trabajadoras invisibles del séptimo arte, en concreto a las costureras que, desde la sombra del vestuario, han dado forma al imaginario estético de buena parte del cine italiano. Un punto de partida poderoso que, sin embargo, Özpetek convierte en un folletín sin rumbo, lleno de lugares comunes y conversaciones de manual de autoayuda.

Nos encontramos en los pasillos de unos históricos estudios romanos donde un grupo de mujeres —todas ellas bordadas por actrices solventes como Luisa Ranieri, Paola Minaccioni o Jasmine Trinca— cosen, planchan, se quejan y recuerdan. Entre dobladillos y bobinas de hilo, reviven amores imposibles, maternidades a medio hacer, sueños marchitos… Todo con esa cadencia blanda y perfumada tan propia del realizador italo-turco. Pero aquí, a diferencia de sus mejores títulos (El hada ignorante, Hamam), el drama se queda en superficie, convertido en un collage de estampas emocionales sin cohesión ni profundidad

Narrativamente, el film nunca despega. El ritmo se resiente por una estructura episódica y reiterativa, donde cada historia personal parece competir con la anterior en intensidad melodramática. El conjunto acaba resultando monótono, y por momentos, más cercano a una telenovela de lujo que al cine de autor europeo que pretende emular.

Donde Diamanti sí consigue destacar —y de qué manera— es en el apartado visual. El vestuario, auténtico protagonista de la película, deslumbra en cada escena. No en vano, muchos de los trajes que aparecen en pantalla pertenecen a producciones de Visconti, lo que convierte el film en un desfile de alta nostalgia cinematográfica. Es ahí, entre costuras, donde late lo mejor de la propuesta: la reverencia al pasado, a un cine con mayúsculas, a los oficios olvidados.

Pero incluso ese homenaje acaba siendo más formal que emocional. Özpetek se enamora tanto del encuadre, del color de las telas, de la luz filtrada entre cortinas de gasa, que se olvida de dotar de vida a sus personajes. Todo huele a cartón piedra. Incluso el dolor

Diamanti es, al fin y al cabo, un film que se mira en el espejo de las grandes películas del cine italiano clásico… pero solo para admirar su vestido. El alma, lamentablemente, se quedó en el probador.

Brilla en el vestuario, se arruga en la emoción. Özpetek firma su película más bonita y menos sentida.

NOTA 5/10

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