PREDATOR: ASESINO DE ASESINOS

Dirección: Dan Trachtenberg (co‑dirige); Josh Wassung (corregidor)  

Guion: Micho Robert Rutare (historia de Dan Trachtenberg y Micho Robert Rutare)  

Reparto ; Voces Lindsay LaVanchy, Cherami Leigh, Louis Ozawa Changchien,  Kiyoshi Kamakami, Rick Gonzalez, Michael Biehn, Doug Cockle, Damien Haas, Lauren Holt, Jeff Leach, Piotr Michael, Andrew Morgado, Alessa Luz Martinez, Felix Solis, Britton Watkins

Producción: John Davis, Dan Trachtenberg, Marc Toberoff, Ben Rosenblatt  

Música: Benjamin Wallfisch  

Montaje: Stefan Grube  

Distribuidora: Disney +

Año: 2025

Título Original: Predator: Killer Of Killers.

Estreno En España: 06/06/25 en plataformas Disney +

Género: Animación,  Acción 

Duración: 85 Minutos 

ARGUMENTO .

Tres de los guerreros más feroces de la historia de la humanidad se convierten en presa del asesino supremo de asesinos.

CRÍTICA 

Después de sorprendernos en 2022 con Predator: La presa, Dan Trachtenberg regresa —esta vez desde el terreno de la animación— con una propuesta que, lejos de ser un simple ejercicio de estilo, nos plantea una expansión ambiciosa y entretenidísima del universo Predator. Asesino de Asesinos es una antología animada que hace del cambio de época su motor narrativo, del combate su lenguaje y del respeto al legado su verdadera arma secreta.

Aquí no se trata de reinventar la criatura ni de justificar su existencia. Se trata de volver a sus raíces: el Depredador como entidad ancestral, como cazador supremo, como bestia noble con un código tan rígido como mortal. Y lo que Trachtenberg y el guionista Micho Robert Rutare nos ofrecen no es una historia, sino tres, como si de una trilogía condensada se tratara, un viaje por la brutalidad y la estética del combate.

La estructura episódica —época vikinga, Japón feudal, Segunda Guerra Mundial— le da a la película una cadencia muy particular, con cada bloque encontrando su identidad visual y su tono emocional. Lo que podría haber sido repetitivo o episódico termina por adquirir forma de rito: cada enfrentamiento es una danza, un duelo, una muestra del eterno ciclo del cazador y la presa

En el primer segmento, ambientado en las inhóspitas tierras nórdicas, el Depredador se enfrenta a un clan de berserkers liderados por una imponente figura femenina (Ursa, con la voz de Lindsay LaVanchy). La violencia es seca, áspera, rodada (dibujada) con frialdad y crudeza. En el Japón feudal, el duelo entre el Yautja y un samurái ciego alcanza momentos de verdadera belleza estética, con influencias de Kurosawa y una paleta cromática que roza lo pictórico. En el tercer bloque, ambientado en una isla del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, el tono vira hacia lo bélico, lo coral, y lo desesperado.

Y a pesar de los saltos en tiempo y tono, el conjunto se mantiene sólido, sostenido por un diseño de animación que sabe cuándo estilizar y cuándo ensuciar. El trabajo de The Third Floor junto a Josh Wassung y Alaa Afifeh da lugar a un resultado que combina lo visceral con lo elegante. A ratos recuerda a Love, Death & Robots, pero aquí todo está al servicio de un universo con reglas claras

Lo que Asesino de Asesinos hace de forma notable es no traicionar las bases del personaje. Aquí el 

Depredador no es una máquina de matar sin cerebro, sino una criatura con una brújula ética inamovible. No mata por matar. Mata porque es su forma de vida, su razón de ser. Y lo hace midiendo a sus presas, valorando su fuerza. Lo admirable es que esto se mantiene incluso en un formato que podría haber priorizado la espectacularidad.

La partitura de Benjamin Wallfisch refuerza esta dimensión épica y melancólica. No se limita a subrayar la acción; crea un contexto sonoro para cada línea temporal, desde los tonos tribales hasta la música militar o los acordes orientales más sutiles. Y las interpretaciones vocales —con un elenco que incluye a Louis Ozawa, Michael Biehn, Rick Gonzalez y Cherami Leigh— aportan matices a personajes que, pese a su escaso tiempo en pantalla, consiguen dejar huella.

Predator: Asesino de Asesinos no es un simple apéndice animado. Es una declaración de amor al universo Predator, una muestra de que, incluso en los márgenes del blockbuster, se puede narrar con ambición, respeto y creatividad. No necesita cameos, ni nostalgia barata. Solo necesita a su criatura, su atmósfera y su filosofía

Una película que demuestra que el Depredador aún tiene mucho que contar. Solo hay que saber escuchar su rugido.

Un festín visual y narrativo para amantes del lore y del buen cine de acción animado. Tan brutal como poético, tan fiel como renovador.

NOTA : 6,5/10

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