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lunes, 30 de junio de 2025

DANIELA FOREVER

Dirección: Nacho Vigalondo
Guion: Nacho Vigalondo
Reparto: Henry Golding, Beatrice Grannò, Aura Garrido, Rubén Ochandiano, Nathalie Poza, Itziar Castro,  Rocío Saiz,Frank Feys 
Producción: Sayaka Producciones, XYZ Films, Señor & Señora, Wrong Men, Mediacrest
Fotografía: Jon D. Domínguez
Montaje: Carolina Martínez Urbina
Música: Hidrogenesse
Distribuidora: Filmax 
Año" 2024
Título Original: Daniela Forever
Estreno En España: 21/02/25 y 27/06/25 en plataformas Filmin y Movistar +
Género: Fantástico,  Romance 
Duración: 110 Minutos 

ARGUMENTO 
La vida pierde todo sentido para Nicolás con la pérdida de su novia Daniela. Un día es invitado a formar parte de un ensayo clínico que le permitirá controlar sus sueños y accede con la esperanza de recuperarse. Ahora Nicolás puede soñar con Daniela cada noche y reanudar su relación, más idílica que nunca. Aunque sea en sueños. Y corriendo el riesgo de perderse en ellos para SIEMPRE

CRÍTICA 
Nacho Vigalondo es un cineasta que nunca ha escondido su fascinación por el artificio. Desde Los cronocrímenes hasta Colossal, lo suyo siempre ha sido tomar géneros reconocibles y torcerlos hacia lo íntimo, lo emocional, lo inesperado. Daniela Forever no es la excepción. Pero en este caso, su universo —más cerebral que sentimental— no termina de cuajar. Lo que comienza como una historia sobre el duelo y la imposibilidad de soltar, se diluye en un juego de espejos que se contempla a sí mismo, sin terminar de tocarnos.

Daniela Forever tuvo su estreno en la pasada edición del Festival Fantástico de Sitges 
Nicolás, interpretado con sobriedad por Henry Golding, es un hombre que ha perdido a su pareja y acepta participar en una terapia experimental que le permitirá revivir una relación con una simulación de su amada, Daniela. El punto de partida, cargado de melancolía y potencia emocional, promete una reflexión profunda sobre el recuerdo, la culpa y las trampas del consuelo artificial. Sin embargo, a medida que la película avanza, esa profundidad inicial va perdiendo fuerza, como si el propio Vigalondo se enamorara más de la idea que de sus personajes.

Hay en Daniela Forever un planteamiento fascinante: ¿qué pasa cuando convertimos la memoria en un algoritmo? ¿Puede la inteligencia artificial recrear el amor o solo su eco? Pero en lugar de llevarnos al centro de ese dilema, la película se empeña en rodearlo, construir capas de concepto, estética y guiños autorales que, en lugar de sumar, acaban distanciando. La apuesta por una dualidad visual —el uso del 4:3 para la realidad y del formato panorámico para los sueños inducidos— es interesante en lo formal, pero no alcanza a transmitir emoción. La historia se ve, se entiende, pero no se siente.

Aun así, sería injusto no reconocer ciertos logros. La música de Hidrogenesse subraya muy bien esa sensación de extrañamiento emocional, y Beatrice Grannò compone una Daniela tan bella como inquietante, atrapada entre lo humano y lo programado. El problema está en el desequilibrio: los personajes secundarios aparecen como simples funciones de la trama y no como seres con vida propia, lo que impide que el conflicto gane cuerpo y complejidad.

Daniela Forever acaba siendo una película tan elegante como fría. Vigalondo quiere hablarnos del amor y la pérdida con un envoltorio de ciencia ficción, pero le falta alma. Lo que podría haber sido una obra profundamente conmovedora sobre el poder (y el peligro) de no dejar ir, termina convertida en un mecanismo bien diseñado que funciona en la superficie, pero no en el corazón.

Una idea poderosa atrapada en un cuerpo artificial. Vigalondo nos invita a soñar con revivir el pasado, pero se olvida de que, sin emoción verdadera, los sueños también pueden ser un espejismo.

NOTA 4,5/10




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