domingo, 28 de diciembre de 2025

DALIA Y EL LIBRO ROJO

Director: David Bisbano
Guion: David Bisbano
Reparto: Animación 
Fotografía: Animación David Bisbano, Mauricio Heredia, Pacho Geraghty
Música: Panchi Quesada
Montaje: David Bisbano 
Sonido: Jesica Suárez
Distribuidora: Alfa Pictures 
Año: 2024
Título Original; Dalia and the Red Book
Estreno En España: 03/10/24 en el Festival de Sitges,  en cines 25/10/24 y plataformas 14/08/25 en Movistar Plus 
Género: Animación,  Familiar 
Duración: 107 Minutos 

ARGUMENTO 
Cuando Dalia es pequeña, su padre incluye en la novela que está escribiendo un personaje en homenaje a ella: una cabra inspirada en su peluche favorito. Años más tarde, tras la muerte de su padre dejando inconcluso el libro, Dalia es secuestrada por los protagonistas del mismo, que la introducen en el mundo de la ficción a través de un portal. Su objetivo es hacer que la niña acabe la historia y los convierta en protagonistas. La única aliada que tiene allí para superar los retos es su fiel cabra

CRÍTICA 
Hay películas de animación que buscan el asombro visual y otras que, sin renunciar a él, aspiran a algo más complejo: dialogar con emociones profundas sin perder de vista a su público natural. Dalia y el libro rojo pertenece a esta segunda categoría. Un filme que se presenta como una aventura luminosa para los más pequeños, pero que en su interior esconde una reflexión nada desdeñable sobre el duelo, la pérdida y la necesidad de cerrar heridas a través del recuerdo y la imaginación

Un filme que se presentó en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2024, donde pudo comprobarse de primera mano que los más pequeños salieron encantados de la sala, conectando sin dificultad con su universo colorista y su espíritu aventurero.

La premisa es tan sencilla como poderosa. Dalia, una niña marcada por la muerte de su padre —un escritor que dejó inconclusa su última novela—, se ve arrastrada al interior de ese libro inacabado. Allí, los propios personajes reclaman que la historia continúe, obligando a la protagonista a enfrentarse no solo a criaturas fantásticas y desafíos imposibles, sino también a su propio dolor. La aventura exterior funciona así como espejo de un conflicto interior: aceptar la ausencia y aprender a convivir con ella.

Uno de los grandes atractivos del filme reside en su apuesta formal. No es habitual encontrar una producción de animación que combine con tanta naturalidad 2D, 3D y stop motion, y aquí esa mezcla no es un simple alarde técnico, sino un recurso narrativo. Cada formato parece dialogar con el estado emocional de la protagonista y con los distintos niveles del relato, aportando variedad visual y un dinamismo que mantiene despierta la curiosidad del espectador. El resultado es un universo cambiante, casi artesanal por momentos, que remite al placer primitivo de contar historias.

En el terreno narrativo, Dalia y el libro rojo avanza con un ritmo ágil, encadenando pruebas y encuentros que funcionan como pequeñas aventuras autónomas. El tono es claramente familiar, pensado para seducir a los más pequeños con criaturas extravagantes y situaciones imaginativas, pero sin caer en la banalidad. Bajo esa capa de fantasía colorista late un mensaje claro: el duelo no se supera olvidando, sino transformando el recuerdo en algo que nos permita seguir adelante.

No todo es perfecto. En algunos tramos el guion opta por soluciones demasiado evidentes y cierta reiteración simbólica que resta sutileza al conjunto. Aun así, el filme compensa estos tropiezos con una honestidad emocional poco frecuente en el cine de animación contemporáneo, más preocupado a menudo por la pirotecnia que por el poso.

El proyecto se desarrollara durante varios años en distintos países, con equipos especializados en cada técnica de animación. El propio director ha comentado en entrevistas que una de las mayores dificultades fue lograr coherencia estética entre estilos tan dispares, un reto que obligó a replantear escenas completas para que la transición entre formatos no rompiera la inmersión del espectador. Lejos de convertirse en un obstáculo, esta complejidad técnica ha terminado siendo una de las señas de identidad del filme.

En definitiva, Dalia y el libro rojo es una película que no molesta y se agradece, además ofrece algo más: una aventura sensible, imaginativa y emocionalmente honesta. Un título que los niños disfrutarán por su fantasía desbordante y que los adultos sabrán leer como un delicado relato sobre cómo aprender a decir adiós sin dejar de soñar.
NOTA 5,5/10





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