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viernes, 10 de octubre de 2025

VIEJA LOCA

Dirección  Martín Mauregui 
Guion: Martín Mauregui 
Reparto: Carmen Maura , Daniel Hendler, Olivia Nuss , Tamara Rocca, Agustina Liendo
Productores Belén Atienza, J. A. Bayona, Ramón Campos, Gabriela Cárcova, Agustina Llambí-Campbell
Montaje Andrés “Pepe” Estrada 
Música: Pedro Osuna 
Fotografía; Julián Apezteguía
Distribuidora  DeaPlaneta 
Año: 2025
Título Original: Vieja Loca 
Estreno En España: Festival de Sitges 09/10/25 y 10/10/25 en salas
Género: Terror,  Thriller 
Duración; 94 Minutos 

ARGUMENTO 
“En una noche de tormenta, Laura conduce por la autopista mientras mantiene una extraña conversación telefónica con su madre, Alicia. Inquieta por la reacción que ha tenido y sin poder localizar a la cuidadora, Laura pide ayuda a su exnovio Pedro, para que cuide de Alicia esa noche. Cuando Pedro llega a la casa se enfrenta a una noche aterradora en la que Alicia le propone practicar un sádico juego

CRÍTICA
El cine de género tiene algo de ritual. Cada año, el Festival de Sitges se convierte en un santuario donde los directores que entienden el miedo como un arte se dan cita para ofrecer nuevas visiones de lo monstruoso, lo psicológico, lo cotidiano que se vuelve pesadilla. En este contexto tan simbólico, Vieja loca, dirigida por Martín Mauregui y producida por J. A. Bayona, llega con una expectación más que justificada: Carmen Maura regresa al primer plano con una interpretación tan perturbadora como magnética. 

El preestreno en el Festival de Sitges 2025 no podría ser más apropiado. Sitges es un lugar mágico para Bayona —fue el festival donde presentó El orfanato y donde su carrera internacional despegó—, y la proyección de Vieja loca viene acompañada además por un homenaje a Carmen Maura, figura esencial del cine español que, una vez más, demuestra por qué su nombre sigue siendo sinónimo de talento, riesgo y carisma.

El filme parte de una premisa sencilla pero eficaz: una noche de tormenta, una hija que no logra contactar con la cuidadora de su madre, y un exnovio que acepta acudir a la casa para ayudar… sin saber que está a punto de entrar en una trampa tan física como mental. Mauregui juega con el espacio cerrado —una vivienda que se convierte en un laberinto emocional— para construir un thriller psicológico lleno de tensión y silencios incómodos. Todo transcurre prácticamente en un único escenario, lo que potencia la claustrofobia y la sensación de amenaza constante

Si bien Vieja loca no inventa nada nuevo dentro del género, su mérito está en la atmósfera: densa, opresiva y visualmente poderosa gracias a la fotografía de Julián Apezteguía, que baña cada rincón de sombras y reflejos que parecen tener vida propia. A veces la narración se vuelve reiterativa, sobre todo en el segundo acto, pero nunca pierde la capacidad de mantenernos en vilo, esperando ese golpe final que, sin ser espectacular, resulta tremendamente efectivo.
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Carmen Maura es, sin duda, la gran atracción de la película. A sus años demuestra un dominio absoluto del tono, del gesto y del tiempo cinematográfico. Su interpretación transita entre la ternura y la locura con una naturalidad escalofriante, y no sería extraño que se lleve más de un premio allá donde Vieja loca se presente. Bayona, por su parte, vuelve a demostrar su olfato como productor, apostando por un relato pequeño en escala pero grande en ambición visual y emocional..

Buena parte del rodaje tuvo que realizarse en una única localización real —una casa antigua de las afueras de Buenos Aires— durante un verano sofocante, lo que aumentó la sensación de encierro entre el equipo y los actores. Maura, en entrevistas, ha bromeado con que “nunca había sudado tanto para asustar a alguien”. Esa mezcla de humor y profesionalidad define perfectamente el espíritu del proyecto.

Vieja loca es, en definitiva, un ejercicio de tensión bien medida, un thriller psicológico que sabe a clásico y que, sin reinventar el género, lo honra con solvencia y elegancia. Una película modesta pero efectiva, donde el miedo se cocina a fuego lento y el talento de su protagonista convierte cada mirada en un pequeño terremoto emocional.
Un filme intenso y atmosférico donde Carmen Maura vuelve a reinar. Sitges no podía tener mejor anfitriona.

NOTA 6,5/10

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